El Mercedes-AMG One es sin lugar a dudas el lanzamiento del año. El hiperdeportivo de Mercedes-AMG cuenta con un arsenal de soluciones y tecnologías nunca antes vistas en un coche de calle ya que hasta el momento sólo se podían disfrutar en Fórmula 1. Su planteamiento nos ha arrojado un sinfín de dudas y todavía Mercedes-AMG tiene que explicarnos muchas cosas, pero uno de los elementos más peculiares que hemos descubierto en el Mercedes-AMG Project One es su peculiar diseño de escape. ¿Qué esconde ese enorme tubo de escape custodiado por dos mínimas salidas adicionales?
No nos vamos a engañar, estamos deseando escuchar al Mercedes-AMG Project One. Tenemos muchas dudas sobre cómo Mercedes-AMG habrá conseguido paliar el problema del sonido de los F1, uno de los grandes hándicaps de la Fórmula 1 desde que aterrizaran los motores 1.6 V6 Turbo. La ausencia de sonido y carácter ha supuesto un duro revés para la categoría reina en temporadas pasadas, algo que poco a poco están puliendo.
Heredar la tecnología de un Fórmula 1 y homologar sus soluciones para la calle debe haber sido quizás el aspecto más complicado al que se han enfrentado los ingenieros de AMG. Y el sonido es uno de esos aspectos tan complicados ya que la normativa se endurece y la única posibilidad pasa por emular el sonido de forma virtual con los tan de moda – y nefastos – sintetizadores que generan sonido de motor y escape a través de los altavoces, diseñar sistemas asistidos con válvulas y actuadores para modificar el sonido a demanda o emplear soluciones rocambolescas en ingeniería que permitan prescindir de la electrónica y ofrecer un sonido modulable en función del régimen de giro. Y justo esta última opción apunta a la respuesta de esta peculiar configuración para el escape del Project One.
El diseño del escape escogido por Mercedes-AMG ha estado basado en la máxima eficiencia térmica del propulsor, tal cual sucede en F1. Así nos encontramos con una sección final de escape prácticamente directa en cuyo recorrido se han implantando los catalizadores necesarios para cumplir con los requisitos en materia de emisiones. Este diseño no garantizaría el mejor sonido, a pesar incluso del complejo diseño de colectores, catalizadores y silenciadores, por lo que Mercedes-AMG habría diseñado la salida de escape como una «Y» donde la salida principal de enormes dimensiones se ve custodiada por dos pequeñas salidas de escape que trabajan de forma paralela e independiente en función del régimen de giro. Una suerte de sistema resonador que aportaría volumen y contundencia y que actuaría de forma completamente automática sin requerir de válvulas o actuadores controlados. Una solución que ya han empleado otros modelos – salvando las diferencias – como el reciente Honda Civic Type-R y su triple salida de escape central.
