Los diseños de los coches son puro arte, y eso todo amante del mundo del motor lo sabe. Y es que, cuando además un artista coge un coche y lo convierte en una obra de arte, aunque ya lo fuese, crea algo icónico. Y ese es el caso del artista del que hablamos hoy Benedict Radcliffe, el cual se dedica a hacer esculturas de coches pero algo diferentes.
Alambre y Lamborghini Countach, una combinación perfecta
No os voy a engañar, la primera vez que he visto la escultura, me ha costado verla. Es decir, no porque no se vea claramente que es un coche, si no porque pensaba que era un dibujo del diseño del coche. Pero no, es la escultura a tamaño real del Lamborghini Countach «Koenig».
Es una escultura hecha con alambre naranja fluorescente, para que se vea bien. Lo sorprendente de esta escultura es que es muy fiel al coche real, y cuenta con todas las modificaciones que le hizo Willy Koenig.
Modificaciones que mejoraron el Lamborghini
Estas modificaciones, realizadas en la década de 1980, eran un nuevo sistema de escape y un alerón trasero probado en un túnel de viento. Esto no solo aumentó la potencia y la velocidad del Lambo si no que hubo una significante mejoría en su aerodinámica. Y además, esta nueva versión estaba turboalimentada, lo que hacía que el coche llegase a los 750 CV.
No es difícil entender por qué Radcliffe eligió este coche como modelo para su escultura. Una escultura que probablemente le ha llevado muchas horas de trabajo, dado que es a tamaño real, con unas dimensiones de 106 centímetros de alto, 424 centímetros de largo y 218 centímetros de ancho.
Esta escultura se venderá por un precio de entre 80.000 y 100.000 dólares, y es que este artista ya es bastante conocido y muchos ya desean tener en su propiedad alguna de sus obras.
Otro de los trabajos de Radcliffe, un Ferrari F40
La primera escultura de Benedict Radcliffe
Si tuvieras que hacer una escultura o pintura de un coche, ¿cuál harías? En el caso de Benedict Radcliffe, después de graduarse en la Escuela de Arquitectura de Mackintosh en Glasglow, Escocia, presentó su primera escultura, un Subaru Impreza a tamaño real. Esta obra se denominó «Clásico japonés moderno» y la compró un coleccionista.
Justo después de eso, le empezaron a llegar encargos de marcas importantes como Comme des Garçons, Puma y Paul Smith. Tiene muchísimas esculturas, algunas en miniatura, pero todas ellas dignas de admirar ya que son muy fieles al vehículo original y además son bastante chulas. No es de extrañar que tanta gente quiera comprarlas.
