El parque móvil español sigue envejeciendo de forma alarmante y alcanza ya los 14 años de edad media. Nuestros coches cumplen años y con cada aniversario consiguen que el parque móvil español sea más inseguro, contaminante e ineficiente. Pero lo peor de todo es que las perspectivas a futuro no son mucho mejores, viendo como esos 14 años pasarán a ser fácilmente 15 años, aumenta el riesgo de mortalidad en caso de accidente, se elevan los niveles de emisiones y se multiplican el número de coches que circulan sin ITV. No existe lugar a dudas, España tiene un problema y por el momento ninguna solución.
Puede que muchos piensen que con la puesta en marcha de las 8 ediciones del Plan PIVE, sus 1,1 millones de operaciones y los 1.115 millones de euros que se movilizaron en ayudas se consiguió algo. Lo cierto es que se consiguió más bien poco, pues aunque se reactivó la compra de vehículos nuevos con el achatarramiento de vehículos de elevada edad, la realidad habla de un parque automovilísitico tan envejecido y tan extenso que, incluso con todas las operaciones del PIVE realizadas, sigue sumando años sin dilación.
Así, según los últimos datos revelados por la Dirección General de Tráfico y la asociación AECA-ITV, la edad media del parque automovilístico español alcanza ya los 14 años. Este dato se añade además a un creciente número de suspensos en las inspecciones técnicas donde cerca de un 19% de los vehículos en circulación no consigue pasar la ITV, el promedio de errores graves detectados por caso rechazado es de 1,9 defectos por vehículo. Además crece hasta el 20%, y esto ya es sí que es un problema de verdadera importancia, el número de vehículos que circulan por nuestras carreteras sin la ITV en vigor.
El envejecimiento del parque móvil se convierte entonces en un serio problema en materia de seguridad y medio ambiente. Que la media de nuestros coches tenga una edad de 14 años supone que el grueso de los conductores se ponen al volante de vehículos cuya tecnología de diseño, construcción y equipamiento está completamente obsoleta con respecto a un vehículo de hoy. Esa diferencia que a simple vista pueda no intuirse es la clave para poder evitar un accidente o por lo menos se minimicen los daños en última instancia. 14 años de diferencia son un verdadero abismo en materia de seguridad, algo de lo que por desgracia muy pocos somos conscientes. ¿Y el medio ambiente? Un coche diésel que fue fabricado bajo la norma Euro 3 (aprobación Enero de 2000) podría ser sustituido por 6 vehículos también diésel Euro 6 (aprobación Septiembre de 2014).
Los datos son estos y las previsiones a futuro hablan de un progresivo aumento en la edad, aunque con un mantenimiento del parque global que por el momento no crece en cuanto a número de coches desde 2011 con motivo de la crisis económica. Hace apenas unos días se daban a conocer los primeros detalles sobre una nueva edición del Plan PIVE, una recuperación del plan de ayudas que será aprobado con la intención de enfocarlo única y exclusivamente a coches de muy bajas emisiones como híbridos, eléctricos, combustibles alternativos, etc. El problema de este nuevo Plan PIVE es la falta de miras que esconde con apenas 50 millones de euros en importe, siendo además una solución a medias que ya ha demostrado no paliar el envejecimiento del parque automovilístico español. Ofrecer ayudas – con letra pequeña incluida – es una solución factible a corto plazo que sigue sin llegar al grueso de la población que es donde de verdad residen esos coches con 14 años de edad.
El sector automovilístico comienza a reclamar medidas que vayan más allá de las ayudas económicas, verdaderas medidas que supongan cambios e incentivos en todo el territorio español para fomentar la renovación de vehículos, especialmente en la apuesta por coches de propulsión híbrida o eléctrica. Pero las peticiones del sector no son siquiera tan ambiciosas dada la actitud política que hemos encontrado en los últimos años, ya que de forma paralela se ha solicitado un programa de subvención/ayuda/incentivos a la compra de vehículos usados, una fórmula que dados los importes del mercado de ocasión, sí que permitiría reducir la edad del parque móvil español llegando a economías modestas. Cambiar un coche de 14 años por un coche de 7 años no es una solución definitiva ni mucho menos, pero sí es un cambio lo suficientemente importante como para incentivarlo. Sobre la mesa existen multitud de posibilidades para atajar el problema del envejecimiento del parque automovilístico español de una vez por todas, sin embargo lo único que se vislumbra a futuro es un nuevo y fugaz plan de ayudas.
Fuente: DGT | Aeca-ITV | ANFAC