El MGB es uno de los roadster clásicos más populares de todos los tiempos. Lanzado a finales de los años 50 y vendido durante más de dos décadas, pronto se convirtió en el patrón oro del deportivo británico clásico. Es el concepto de coche que el Mazda MX-5 reinterpretó con evidente éxito a finales de los años ochenta. Hoy día es un amable clásico, con las servidumbres de cualquier clásico, y las particularidades de los coches de origen británico – especialmente a nivel eléctrico. Y qué casualidad, de eléctricos va este artículo.
Os pido disculpas por la pequeña ofensa del párrafo anterior, relativa a la fiabilidad de los clásicos británicos. Pero de alguna manera, tenía que mencionar a Lucas, «the lord of darkness», habitual broma relativa a los componentes eléctricos de estos vehículos. No deja de ser irónico que en aras de una mayor fiabilidad y prestaciones, estos MGB estén convirtiéndose en vehículos 100% eléctricos. El MGB eléctrico es el proyecto estrella de RBW Electric Classic Cars, un especialista británico en la conversión a coches eléctricos de clásicos.
En pocas palabras, el MGB que hay en vuestras pantallas en un restomod eléctrico de un roadster clásico. Partiendo de la aún abundante base de un MGB, RBW extrae el motor térmico del coche y bajo el capó instala seis baterías de iones de litio, de capacidad no comunicada. Sabemos, eso sí, que el coche tiene una autonomía de 260 km, ampliable a 320 km con una séptima batería. Estas baterías mandan «zumo de electrones» a un motor situado en el tren trasero. Un propulsor eléctrico de 95 CV – idéntica potencia al coche original – transmite la potencia al suelo.
No es un coche de altas prestaciones. El 0 a 96 km/h lo hace en 9,0 segundos y su velocidad punta es de 129 km/h. No son prestaciones de órdago, pero están en la línea de las que ofrecía el clásico. Su tacto de conducción conserva el encanto original del coche, pero todo su tren de rodaje ha sido reforzado y remozado – su esquema de suspensión independiente es de nuevo cuño, al igual que sus subchasis – en aras de una mayor seguridad. Al ser un coche eléctrico, cuenta con frenada regenerativa, palieres reforzados y una gestión electrónica ad-hoc.
En el interior del coche se ha instalado una instrumentación digital en el hueco de los relojes analógicos y se ha modificado la consola central para instalar una pantalla táctil de 7″ firmada por Pioneer para el sistema de infotainment. La palanca de cambios ha sido reemplazada por una ruleta de cambio. Todo el coche es completamente personalizable, a gusto del cliente. Por el momento RBW planea construir sólamente 30 unidades, a un precio – 90.000 libras esterlinas – que al actual tipo de cambio roza los 100.000 euros.