Mercedes ha anunciado el inicio de la comercialización de sus SUV más potentes y deportivos, los GLE firmados por AMG. Concretamente, hablamos de los Mercedes-AMG GLE 63 4MATIC+, disponibles también en carrocería Coupé y en versiones S de aún más prestaciones. Son super SUV de hasta 612 CV de potencia máxima, equipados con un motor V8 Biturbo, en cuyo mejor caso, homologan una media de consumo de 11,4 l/100 km. Estos todocaminos deportivos tienen un sistema EQ Boost de semihibridación, y gracias a ello, disfrutan de una flamante etiqueta ECO de la DGT.
Este leviatán de las carreteras mide 4,92 metros de largo y su peso final supera las 2,3 toneladas. Sus llantas tienen hasta 22 pulgadas de diámetro y sus neumáticos traseros, la friolera de 315 mm de sección. La versión S de 612 CV es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos y su par máximo de 850 Nm es suficiente para parar la rotación del planeta. Como podéis suponer, su consumo medio de 11,5 l/100 km según la homologación es bastante optimista. En condiciones realistas, será casi imposible ver medias de consumo inferiores.
Mercedes-Benz Mercedes GLE
Sus emisiones de CO2 homologadas arrancan en 261 g/km, bastante lejos del objetivo de emisiones medias de 95 g/km impuesto a las marcas por la Unión Europea. He usado como ejemplo a los nuevos Mercedes-AMG GLE 63, pero bien podría haber usado como ejemplo al Audi RS Q8 o a los BMW X5 y X6 M, coches muy similares en concepto, ejecución… y derroche. Dejando a un lado sus credenciales ambientales y su sensatez en el mundo de hoy día, la puntilla la pone su etiqueta ECO de la DGT. Etiqueta que gozan todos los coches híbridos o semi-híbridos del mercado.
Esta etiqueta nos permite entrar sin restricciones a zonas de bajas emisiones y recibe bonificaciones en el ITVM de muchas ciudades, entre otras ventajas, como estacionamientos regulados más asequibles. Y gozan de ella tanto un Toyota Prius, con un consumo medio de 4,1 l/100 km, como un SUV deportivo de 2,3 toneladas y un consumo medio de 11,4 l/100 km. Sobra decir qué coche tiene una mayor huella ambiental, ¿verdad? El mismo problema ocurre con los híbridos enchufables, como ya hemos visto con coches como el Porsche Cayenne Turbo S e-Hybrid.
El problema que estamos discutiendo no es la existencia de SUV deportivos o coches de altas prestaciones con etiqueta ECO. La industria tiende a la electrificación y cada vez serán más abundantes los sistemas híbridos y los híbridos enchufables. El problema es un sistema de etiquetado incapaz de discernir a un Toyota Prius de un Mercedes-AMG GLE 63 S 4MATIC+. La DGT se ha replanteado modificar el sistema de etiquetado para híbridos enchufables, pero debería hacer lo propio con los semi-híbridos, ya ubicuos en el mercado de coches de hoy día.
Una propuesta podría ser vincular a la etiqueta ECO las emisiones de CO2 del vehículo. Un semi-híbrido con emisiones de 120 g/km podría tener una etiqueta ECO, un semi-híbrido que emita 240 g/km, debería conformarse con una etiqueta ambiental C. Se podría elaborar un índice que vinculara peso del vehículo, emisiones e hibridación, entre otros parámetros, para extraer un coeficiente ambiental mucho más real. La pelota está en el tejado de la DGT, ¿pero qué propondrías tú mismo? Déjanos la respuesta en los comentarios.
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