La noticia de esta semana era la introducción de la obligatoriedad de la etiqueta medioambiental en Madrid. Pero esta medida nos ha dejado una situación sorprendente. Mientras los coches con etiqueta medioambiental, B, C, ECO, o Cero Emisiones, están obligados a utilizarla para circular en horario laboral por Madrid, los más antiguos seguirán circulando sin ella porque, obviamente, no disponen de etiqueta medioambiental. De ahí que surja esta pregunta, ¿qué sucede con el etiquetado medioambiental y los diésel más antiguos? Y lo que es aún más importante, ¿qué sucederá en los próximos años?
El etiquetado medioambiental y los diésel más antiguos
Madrid ha introducido una medida que, sin duda, irá implantándose en otras muchas ciudades. La obligatoriedad de utilizar etiqueta medioambiental se aplica a los diésel Euro IV, y posteriores, o simplificando, a los diésel matriculados a partir del año 2006, si bien es cierto que algunos anteriores sí pueden recibir etiqueta.
Eso quiere decir que, a día de hoy, los diésel anteriores a 2006 pueden circular sin etiqueta medioambiental por Madrid, porque no disponen del correspondiente distintivo. En el caso de los coches a gasolina, los anteriores al año 2000 también pueden circular sin etiqueta, de nuevo porque no les corresponde recibir el distintivo B. ¿Pero qué sucederá en el futuro?
Las prohibiciones a los diésel más antiguos
Si el etiquetado medioambiental ha sido el instrumento que ha servido a los ayuntamientos para establecer restricciones al tráfico, la obligatoriedad de su utilización abrirá la puerta a las prohibiciones. Aunque de momento no se haya tomado ninguna decisión al respecto, es evidente que el siguiente paso será prohibir el acceso a cualquier vehículo que no disponga de distintivo medioambiental lo que, a efectos prácticos, prohibiría el acceso a los diésel anteriores a 2006 y a los gasolina anteriores al año 2000.
Esta posibilidad ya se ha planteado en los últimos años y, de hecho, está presente como acción de respuesta ante episodios de alta contaminación, que establece restricciones al tráfico temporales a los coches sin etiqueta en la Almendra Central de Madrid, en el interior de la M30. Las restricciones futuras muy probablemente seguirán una hoja de ruta basada en las actuaciones en episodios de contaminación, comenzando a prohibir el acceso en el interior de la M30, para llegar posteriormente a cubrir todo el territorio de la ciudad de Madrid.
En cualquier caso, hemos de ser conscientes de que implantar estas medidas no será sencillo. En España aún hay más de 7,5 millones de coches sin etiqueta medioambiental, muchos de ellos diésel.
