Julio de 2025. Esta es la fecha que Europa ha marcado para la entrada en vigor de la nueva norma de homologación Euro 7: ese será el turno para coches y furgonetas, ya que para autobuses y camiones llegaría un par de años después, en 2027. Por lo que sabemos hasta ahora, seguirá siendo estricta con los coches de gasolina y diésel y se pondrá seria tanto con los eléctricos como con las emisiones de los frenos y los neumáticos: algo que Italia quiere suavizar formando una alianza con Alemania y Francia.
Italia no esconde su intención de cambiar las leyes de la Unión Europea relacionadas con la reducción de emisiones para, al menos, suavizarlas. Unas regulaciones que forman parte de un paquete de estrictas políticas con las que buscan paliar el cambio climático y que está diseñado para cumplir el objetivo de reducir los gases de efecto invernadero a lo largo de esta década.
Para ello buscará el apoyo de Alemania y Francia: “Los tres grandes países industriales europeos pueden influir en las regulaciones europeas”. Estas palabras pertenecen a Adolfo Urso, el Ministro de Industria italiano, que, en declaraciones a TGcom, también ha desvelado que ya ha tratado el tema con Robert Habeck, Ministro de Economía alemán. Prevé hacer lo mismo con Bruno Le Maire, Ministro Economía francés.
La norma Euro 7, en el punto de mira
El Ministro de Industria italiano mencionó, específicamente, dos proyectos de la UE: la norma Euro 7 y la propuesta para reducir, aún más, las emisiones de camiones y autobuses. Desde su punto de vista, son asuntos “importantes que deben abordarse de manera realista, brindando a los ciudadanos y las empresas una oportunidad real de adaptarse a tiempo”.
Asegura que, a menos que se moderen, Italia estaría “decidida” a retrasar la aprobación de ambos proyectos de ley hasta después de las próximas elecciones parlamentarias de Europa, que se celebrarán en 2024. Adolfo Urso anunció, también, que liderarán una revisión más amplia de “las etapas y modalidades de la transición ecológica” en 2026, momento en el que la Comisión Europea debe comprobar el progreso hacia el objetivo de 2035 de lograr cero emisiones en vehículos (coches y furgonetas) nuevos.
La prohibición de 2035
No ha sido el único movimiento de oposición originado en Italia. En su momento, el nuevo gobierno de Giorgia Meloni, se opuso a la prohibición de vender coches nuevos de gasolina y diésel en 2035: calificaron la decisión de “suicidio” y “regalo” para la industria china.
Al hilo de las declaraciones de Matteo Salvini, Ministro de Transporte italiano, Adolfo Urso ha asegurado que, con esta apuesta, Europa puede pasar de estar supeditada energéticamente a Rusia en el suministro de combustibles fósiles a tener una “dependencia aún más grave” de China en cuestión de tecnología y materias primas ecológicas.
