Teniendo en cuenta que la definición de Euro NCAP incluye la descripción “programa de seguridad”, es lógico que quiera aportar su granito de arena a ‘Vision Zero’. La iniciativa de la Unión Europea que, para 2030, pretende evitar las muertes y las lesiones graves que se producen en los accidentes de tráfico. Con esa fecha en el calendario, la Euro NCAP actualizará los criterios de sus pruebas obligando a las marcas a fabricar coches más seguros… y más caros.
Los nuevos coches que salen al mercado están, cada vez, más conectados y cuentan con innumerables asistentes a la conducción. En un futuro, incluso, hablaremos de vehículos autónomos. La Euro NCAP no puede ignorar esto y ha anunciado que sus nuevas pruebas tendrán en cuenta “los sistemas de asistencia al conductor automatizados y asistidos, las tecnologías de supervisión de la conducción, las de V2X, los riesgos de fuga térmica e incendio en los coches eléctricos y la seguridad en el acceso a los datos del vehículo”.
Las marcas y los fabricantes, por lo tanto, tendrán ante sí el reto de crear coches más seguros y más conectados. Un desarrollo y una fabricación que tiene un coste, que acaba repercutiendo en el usuario final: el conductor. Los vehículos que compremos en el futuro nos ofrecerán elevados estándares de seguridad, pero para poder acceder a ellos también estaremos obligados a hacer una mayor inversión económica.
Ocho nuevos criterios
Para ello, la Euro NCAP mejorará las pruebas relacionadas con los usuarios vulnerables, introducirá (gradualmente) una serie de pruebas virtuales y añadirá incentivos para conseguir la deseada calificación de cinco estrellas. En este sentido, habrá un sistema de penalización/recompensa para los modelos que ofrezcan (o no) tecnologías de conducción asistida y automatizada.
En lo que a las pruebas se refiere, la Euro NCAP tiene planeado introducir ocho nuevos criterios para abarcar los cuatro momentos de un accidente: seguridad durante la conducción, prevención de accidentes (seguridad activa), protección contra impactos (seguridad pasiva) y seguridad posterior al impacto.
- Evaluación de la tecnología que monitoriza el deterioro de la fatiga del conductor y la distracción cognitiva
- Pruebas y evaluación de sistemas de asistencia al conductor, asistidos y automatizados
- Requisitos para mejorar aún más la eficacia en el mundo real de la tecnología de asistencia de velocidad
- Pruebas de seguridad activa que simularán mejor los entornos reales de la carretera y examinarán el diseño de la interfaz hombre-máquina (HMI) para garantizar que los asistentes de conducción sean más eficientes
- Pruebas de seguridad pasiva que prestan más atención a la igualdad de género y al envejecimiento de la población de conductores y ocupantes
- Probar y evaluar las funciones de seguridad habilitadas por la comunicación entre vehículos (V2V), entre vehículos e infraestructuras (V2I) y entre vehículos y el entorno (V2X)
- Evaluación del riesgo de incendio y fuga térmica en vehículos eléctricos
- Promover las mejores prácticas en la seguridad vehicular y en el acceso a los datos del vehículo
Pasajeros, motos y vehículos comerciales
Las novedades no sólo se centran en la llegada de estos ocho criterios. La Euro NCAP también tendrá en cuenta la fisonomía de los pasajeros y de los conductores europeos para mejorar la seguridad a bordo. Y, además, no dejará de lado a los vehículos de dos ruedas (motocicletas y scooters) ni a los comerciales pesados: para ellos está desarrollando escenarios con pruebas específicas.