Este viernes 4 de octubre los estados miembros de la Unión Europea han llevado a cabo la votación definitiva para establecer los ya conocidos aranceles a los coches eléctricos procedentes de China. Una votación que podría marcar un antes y un después, de no ser por el hecho de que el después aún está por determinarse.
Los estados europeos votan a favor de los aranceles a los coches eléctricos de China
La votación, tal como se esperaba, ha salido a favor con el voto de diez estados miembros: estos son Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Francia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Países Bajos y Polonia (Automotive News Europe). Varios de estos países tienen intereses industriales en el sector, en particular los que o ya tienen fábricas importantes o están negociando con empresas chinas para que fabriquen en suelo europeo, en cuyo caso no recibirían aranceles.
En contra se han mostrado Alemania, Hungría, Malta, Eslovaquia y Eslovenia, siendo Alemania la principal afectada por unos aranceles que podrían provocar represalias de un país que constituye gran parte de las ventas de sus automóviles. Resulta interesante el caso de Hungría, ya que también es un país candidato para albergar empresas y nutrirse de capital chino.
Por otro lado, entre los países que se han abstenido de votar se encuentra España, algo predecible teniendo en cuenta su posición no muy clara tras la visita de Pedro Sánchez a China hace apenas unos días. Austria, Bélgica, Croacia, Chipre, República Checa, Finlandia, Grecia (quienes supuestamente iban a votar a favor), Luxemburgo, Portugal, Rumanía y Suecia son las otras naciones de la Unión Europea que han optado por abstenerse.
Para que la votación saliera en contra, debían abstenerse al menos 15 países que conformasen el 65% de la población europea. El voto a favor de Francia e Italia, sumado al de los otros estados citados, ha sido determinante para el resultado de la decisión, de manera que conocidas sus respectivas posturas era un resultado que cabía esperar, así como el voto en contra de Alemania.
Bruselas y Pekín explorarán soluciones alternativas
La película no termina aquí, pues como la propia Comisión Europea recuerda, ambas partes continuarán explorando soluciones alternativas en paralelo. Una solución que, por un lado, esté de acuerdo con los principios de la Organización Mundial de Comercio y, por otro, sirva para corregir los «injuriosos subsidios» que quedaron en relieve tras la investigación de la comisión.
De cara al 30 de octubre de 2024, justo antes de que los aranceles definitivos queden grabados sobre piedra, deberá publicarse una normativa de la comisión que incluya los descubrimientos y decisiones definitivas de la investigación (Comisión Europea). Además de estas soluciones alternativas que encuentren ambas partes, quizás para entonces encontremos aranceles alterados, tanto para marcas chinas que no colaboraron con la investigación como para fabricantes occidentales que producen en suelo chino.
Estos aranceles de hasta un 35% (más el 10% de importaciones) se establecerán durante un mínimo de al menos cinco años, una medida que protege a los fabricantes europeos de medirse contra rivales de China a precios muy bajos, logrados en parte con diferentes ayudas y subsidios aportados por el gobierno chino. Aún así, los fabricantes europeos son conscientes de que, si se quiere vender coches eléctricos, han de ser a un precio reducido para que las masas puedan adoptarlo e iniciar esa transición que parece renquear en las cifras de este 2024.
Cabe recordar que Europa no es el único caso que ha puesto medidas frente a las prácticas de China. Estados Unidos estableció unos aranceles del 100% a coches eléctricos procedentes de China y un 25% a baterías de coches eléctricos y minerales relacionados para su elaboración procedentes del gigante asiático, lo que ha afectado precisamente a uno de sus fabricantes más relevantes en la actualidad, Tesla. Canadá y otros países también han tomado medidas similares.