Ursula von der Leyen ha sido reelegida como presidenta de la Comisión Europea de cara a los próximos cinco años, su segundo mandato consecutivo. Un mandato en el que lo primero que ha hecho ha sido despejar las dudas acerca de la idea de acabar con las emisiones de CO2 de los vehículos para 2035. Dicho de manera clara, el objetivo se mantiene como estaba…aunque sí que hay una pequeña esperanza para los motores de combustión que los fabricantes agradecerán.
Una situación de gran incertidumbre para Europa en el segundo mandato de Von der Leyen
Se trata de un momento delicado por varios motivos: a nivel geopolítico está la situación tensa entre Bruselas y Pekín, esperándose que Pekín responda a los aranceles para los coches eléctricos procedentes de China con aranceles de otros productos que se exportan hacia suelo chino. La situación política en Estados Unidos, con Donald Trump como principal candidato para ganar las próximas elecciones ante la percibida debilidad del actual presidente Joe Biden, es también una cuestión importante para la Unión Europea, sobre todo en sus esperanzas de que se termine lo antes posible el conflicto en Ucrania.
Mientras tanto, los fabricantes ven cómo la demanda de coches eléctricos ha decrecido en los últimos meses, lo que podría llevar a cierres de fábricas – de momento se están desarrollando diferentes soluciones de coches eléctricos asequibles, pero aún habrá que esperar unos años para que lleguen a los concesionarios. Von der Leyen ha prometido que se creará un acuerdo de industria limpia para impulsar a fabricantes europeos en sus primeros 100 días de mandato (Automotive News Europe)
Ahora bien, ¿Qué ocurre con los e-fuels? En principio, serían la vía con la que los fabricantes podrían seguir vendiendo coches de combustión tradicional, ya sea gasolina o diésel convencionales, híbridos simples, microhibridados o híbridos enchufables, siendo la excepción para 2035. Y es que varios fabricantes estiman que seguirán demandándose este tipo de coches hasta 2040, como muestran los últimos movimientos de Toyota, Subaru, Mazda, Renault o Geely, estos dos últimos a través de Horse.
Según ha adelantado el miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria Pascal Canfin, el objetivo de descarbonización sigue siendo el mismo, pero se busca la neutralidad tecnológica. Los coches de combustión podrían seguir entre nosotros, pero es necesario que utilice en todo momento combustible 100% sintético con huella de carbono neta cero (Automotive News Europe)
No hay que olvidar los motores de hidrógeno
Ahora bien, el desarrollo de estos combustibles para su uso comercial aún tiene camino por recorrer, empezando por el precio del mismo con respecto al combustible convencional (incluso en competición se nota una subida notable del precio). Si no se iguala a la oferta del gasóleo o Sin Plomo actual, esto llevaría a que utilizar motores de combustión más allá de 2035 se consideraría un lujo para vehículos de alta gama o superdeportivos (o bien para clásicos de alto valor).
De igual manera, el desarrollo de motores de hidrógeno (ya sea el uso de ‘hidrógeno caliente’ como la pila de hidrógeno, que en definitiva es propulsión eléctrica) también sería clave teniendo en cuenta que no emiten CO2 – eso sí, en el caso de hidrógeno caliente siguen emitiéndose gases nocivos procedente de la combustión. Aún así, su uso permitiría tener el sonido y las emociones de los motores de combustión que se siguen demandando.