La Comisión Europea ha puesto sobre la mesa una serie de cambios para la normativa sobre seguridad vial, que está vigente en la Unión Europea y el carnet de conducir en los países miembros. La propuesta, dirigida al Parlamento Europeo y a los Estados miembro, incluye medidas como la tasa cero de alcohol para los conductores noveles y la retirada del carnet en todo el territorio cuando se cometan determinadas infracciones graves.
Desde el punto de vista de Bruselas, tal y como informa Europa Press, los más jóvenes están implicados en uno de cada cinco accidentes mortales, a pesar de representar apenas el 8% del total de conductores en la UE: razón para dar forma a estas medidas. Para los conductores noveles son dos las proposiciones.
Carnet desde los 17 y tasa cero de alcohol
La primera de ellas pasa por imponer la tolerancia cero en el consumo de alcohol durante los dos años posteriores a la consecución del carnet de conducir: independientemente del vehículo que conduzcan. La segunda aboga por comenzar su preparación antes: plantean la posibilidad de que hagan las pruebas y empiecen a conducir vehículos y camiones desde los 17 años, siempre que estén acompañados.
Apuestan, además, por adaptar la formación y los exámenes para que se incluya la conducción por lugares con presencia de usuarios vulnerables (peatones, ciclistas o usuarios de Vehículos de Movilidad Personal como los patinetes eléctricos). Añaden la importancia de realizar reconocimientos médicos más específicos que tengan en cuenta los avances en el tratamiento de enfermedades como la diabetes y de que los conductores más veteranos pongan al día sus capacidades de conducción y sus conocimientos.
Unificar la retirada del carnet
Otra de las modificaciones relevantes que plantea la Comisión Europea pasa por unificar la retirada del carnet. Bruselas quiere que, cuando las autoridades de un estado sancionen a un conductor no residente privándole de su permiso durante más de un mes, este castigo se comunique al organismo de Tráfico de su país para que le apliquen el mismo castigo. Por ejemplo: si cometes una infracción en Portugal y allí te retiran el carnet, también lo perderás en España.
Es cierto que las multas varían de un país a otro, pero en Bruselas consideran que algunas infracciones son consideradas graves en todos los estados de la Unión Europea: causar un accidente con muertos o heridos graves, un exceso de velocidad que supera en más de 50 km/h los límites permitidos o conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas.
Pago efectivo de las multas en toda Europa
Por otro lado, la Comisión Europea quiere mejorar la coordinación transfronteriza entre países para que los conductores paguen las multas impuestas en las carreteras europeas que no son las de su país de residencia. Alertan de cierta “sensación de impunidad” porque “al menos el 40% de las infracciones” a los no residentes se quedan sin efecto porque no se puede identificar al conductor o porque no abonan la sanción.
Para ello, plantean la posibilidad de que las autoridades de control tengan acceso a los registros nacionales de los permisos de conducción y que se refuerce el papel de los puntos de contacto nacionales. Asimismo, piden que el ámbito de aplicación incluya infracciones como no mantener la distancia de seguridad, realizar adelantamientos peligrosos, circular en sentido contrario o utilizar vehículos sobrecargados.
Más cambios
Por último, la reforma de la Comisión Europa aspira, también, a introducir un permiso de conducción digital único para facilitar su tramitación, convalidación o renovación en la UE y, también, las gestiones de extracomunitarios que necesitan viajar por el territorio europeo.
¿Se materializará la propuesta?
De momento, la reforma de tráfico y seguridad vial que plantea la Comisión Europa es, tan sólo, una propuesta: ¿puede hacerse realidad? Sí, pero para ello debe superar todos los trámites legislativos necesarios. O lo que es lo mismo: ser sometida a votación en todos los estamentos europeos antes de obtener la aprobación definitiva para convertirse en una norma mayor, es decir, en una directiva europea que cada Estado miembro debería aplicar. Un proceso que, por ahora, no se ha puesto en marcha ni tiene fecha para ello.