Según la Comisión Europea, los fabricantes chinos de vehículos eléctricos ya se han quedado sin tiempo para establecer un precio de compromiso con el que salvar o aliviar la situación de los aranceles. Si nada lo para, los estados miembros votarán a favor de establecer de manera definitiva estos aranceles incluso el próximo 25 de septiembre para hacerlos efectivos a finales de octubre, siendo permanentes de noviembre hasta los próximos cinco años.
La Comisión Europea quiere grabar sobre piedra los aranceles a los coches eléctricos chinos
Para evitar una penalización tan dura por los aranceles, varios fabricantes chinos habían entregado unos precios de compromiso, afectando sobre todo a SAIC Motor (dueña de MG) y aquellos fabricantes que habían colaborado poco en la investigación de la comisión, muy seguramente por requerirles datos bajo acuerdos confidenciales. La propuesta de la comisión es que el máximo sea del 35,3%, algo inferior a lo que se temía, aunque notablemente más que el 17% de BYD o el de Geely, por no hablar del 8% de Tesla para los modelos que salgan de su gigafactoría de Shanghái.
Las marcas chinas llegaron a entregar esos compromisos de precios el pasado 24 de agosto, siendo esta la fecha límite, pero todas esas ofertas fueron rechazadas de manera que ya no tenían tiempo de volver a entregar una nueva contraoferta. (Reuters). En lo que China considera una medida proteccionista, Europa no parece soltar el pie del acelerador.
«La fecha límite para enviar esas ofertas era el 24 de agosto y no hay posibilidad más allá de esa fecha para ofrecer nuevos precios bajo las reglas de este tipo de investigación. Los fabricantes chinos en cuestión han tenido muchas semanas antes de la fecha límite para estos compromisos de precios. Si lo hubieran hecho antes hubiera permitido un compromiso relevante en este tema«, aseguró un portavoz de la Comisión Europea.
La votación de los 27 estados miembros de la UE tendría lugar el 25 de septiembre, en apenas una semana. Sólo podrían frenarse si al menos 15 de los estados miembros que representen el 65% de la población europea vota en contra (además de una hipotética contraoferta o negociación bilateral). Algo que es difícil que se de, pero no imposible teniendo en cuenta el aviso de China que podría afectar a la exportación de brandy, productos lácteos y carne de porcino, lo cual afectaría de manera directa a España.