El pasado miércoles, con 46 votos a favor, 40 en contra y dos abstenciones, los miembros de la Comisión de Medio Ambiente de la Unión Europea dieron luz verde al texto que pone en marcha la prohibición de comercializar coches y furgonetas con motores de combustión interna a partir de 2035. No obstante, aunque aún queda que dicho texto sea ratificado en pleno en el Parlamento Europeo el próximo mes de junio, aunque tan sólo se trata de un mero trámite en el que por norma general no se suele modificar lo acordado.
Así pues, recordemos que en dicha prohibición no sólo se incluyen los coches y furgonetas equipados con motores diésel y gasolina “convencionales” o microhibridados, sino que se habla de todos aquellos que emitan CO2, es decir, que también se prohíbe la venta de vehículos híbridos e híbridos enchufables. Por tanto, a partir de 2035 las marcas sólo podrán vender en Europa coches eléctricos y coches con pila de hidrógeno.
Sin embargo, lo más preocupante es que en dicha votación se ha acordado prohibir los e-fuels o combustibles sintéticos rechazando una medida en la que se pedía que computasen para compensar el CO2. Este tipo de combustible, que no proviene del petróleo, se fabrica artificialmente a partir del dióxido de carbono captado de la atmósfera, de agua y energía renovable, de forma que ese CO2 compensa al emitido en su posterior combustión.
Pero eso no es todo, pues también se ha acordado eliminar los incentivos para vehículos de cero y bajas emisiones a partir de 2030 argumentando que ya no sirven para su propósito inicial. Por tanto, ayudas como los hasta 7.500 € de descuento para la compra de un coche eléctrico que ofrece el Plan MOVES III es de esperar que no vuelvan a repetirse durante mucho más tiempo, al menos promovidas por Bruselas.
Se endurecen los límites de emisiones de CO2 hasta 2035
Por otro lado, también se enduren considerablemente los límites de emisiones de CO2 hasta situarlo en los cero gramos de 2035 con el objetivo de que las marcas innoven aún más de cara a esa mayor sostenibilidad y cuidado por el medio ambiente.
Así pues, actualmente se establece un límite de 95 g de CO2/km para coches (y 147 g para furgonetas), de forma que si la media de emisiones de los vehículos vendidos supera esa cifras la marca (o grupo) en cuestión debe hacer frente a una cuantiosa multa. De ahí que se empeñen en vendernos coches eléctricos para bajar la media, y también en realizar inversiones en innovaciones ecológicas mediante las cuales pueden elevar esos límites, lo que se conoce como ecoinnovación y supone un aumento de hasta 7 gramos a día de hoy y hasta 2024.
De esta forma, la Unión Europea pretende reducir esos beneficios por ecoinnovación gradualmente hasta los 2 gramos a finales de 2034 y también disminuir paulatinamente los límites de emisiones hasta el año 2030 en el que se fija una reducción del 55 % en las emisiones de CO2, lo cual significa prohibir de facto la comercialización de vehículos cuyas emisiones superen los 123 gramos de CO2/km.
Esto último provocará que desde el año 2030 la oferta de coches no eléctricos se limitará considerablemente, viéndose prácticamente limitada a pequeños vehículos microhibridados y haciendo uso de las mecánicas híbridas e híbridas enchufables en los segmentos compacto y superiores.