El 2023 se torna peliagudo para aquellos que poseen un coche sin etiqueta medioambiental de la DGT dada la entrada en vigor de las Zonas de Bajas Emisiones. Estas tenían como fecha límite el pasado 1 de enero de 2023, y aunque bien es cierto que son competencia de los ayuntamientos de aquellos municipios de más de 50.000 habitantes -los que están obligados por ley a aplicar una ZBE-, la normativa puede ser perjudicial para los coches con etiqueta B y C. Pero si ahora estas te parecen una pesadilla, agárrate, porque dentro de unos años pueden ser mucho más restrictivas.
Y es que así lo dejó patente el Gobierno al anunciar que, pese a que cada ayuntamiento impondría sus leyes en lo que a ZBE se refiere, estas deben exponerse a revisiones periódicas obligatorias. ¿Qué quiere decir esto? Que si el Presidente del Gobierno decreta una nueva normativa para las Zonas de Bajas Emisiones, estas deberán adaptarse en un plazo máximo de cuatro años.
Las ZBE pueden tornarse mucho más complicadas de aquí a cuatro años
Aunque bien es cierto que en la actualidad los coches que más problemas tienen son aquellos que no cuentan con la etiqueta medioambiental de la DGT, cualquier ayuntamiento puede ser todo lo restrictivo que quiera con otros vehículos. De esta forma, podemos encontrarnos con ZBE actualmente en las que tengan prohibido estacionar o acceder coches con etiqueta B y C, dejando libertad a aquellos que porten la etiqueta ECO y CERO como ocurre en Madrid y su Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección.
Independientemente de ello, las Zonas de Bajas Emisiones ya existentes y las que han entrado ahora en vigor, deben someterse, por ley, a los siguientes escenarios:
- Actualización: en caso de que existan ya Zonas de Bajas Emisiones desarrolladas, estas deberán adaptarse a las nuevas exigencias en un plazo máximo de 4 años.
- Revisión: todas las ZBE deberán someterse a un proceso de revisión cada, como máximo, 4 años con el fin de asegurarse que se están cumpliendo los objetivos establecidos.
Esto se traduce en que las ZBE irán siendo más complejas y restrictivas con el paso del tiempo por obligación, dejando tarde o temprano también fuera a aquellos coches que tengan hoy en día etiqueta B y C. Y aunque es cierto que aún no se ha establecido una norma clara y concisa respecto a la evolución de estas, ciudades como Madrid ya tienen marcados sus próximos pasos.
Así, la capital española ha decretado un plan que abarca desde el pasado 1 de enero, pasando por el 1 de enero de 2024, fecha en la que está previsto prohibir el acceso a los vehículos sin etiqueta no empadronados en Madrid por todas las vías públicas urbanas del municipio, hasta el 1 de enero de 2025, momento en el que se aplicará esa misma prohibición a los coches sin etiqueta empadronados en Madrid.
Y aunque dicha ruta es competencia del Ayuntamiento de Madrid, no quiere decir que otras ciudades no decidan abogar por un escenario similar. Pero más lejos podría ir la situación cuando el Gobierno decida establecer unos mínimos más disruptivos para las ZBE, provocando así que, al llegar el momento de la actualización y revisión de estas, deban de estar ya adaptadas.
