La necesidad suele dar pie a las más extrañas alianzas. Se ha podido ver en los últimos meses con la posible fusión entre Nissan y Honda o cómo recientemente en Norteamérica, Toyota y Honda han llegado a un acuerdo para que estos últimos empleen baterías fabricadas en Estados Unidos por su competidor con el fin de así saltarse los posibles aranceles que pueda imponer la administración Trump. Con ello en mente, hasta 400.000 vehículos de la firma Hamamatsu montarán baterías que Toyota fabrica en Liberty, Carolina del Norte, en lo que es una demostración más de cómo resolver problemas con ingenio y fuerza común.
Estos ejemplos de alianzas insospechadas prometen ser una constante en esta segunda mitad de la década, algo que se dará no sólo entre fabricantes de primer nivel mundial, sino también en lo referente a marcas incipientes que buscan hacerse un hueco en otros mercados.
Desde hace algún tiempo se viene rumoreando que algunos fabricantes chinos estarían detrás de la experiencia y la fuerza productiva de Magna Steyr, en Graz. Algunos de los medios austriacos ya lo han dado por hecho, especialmente con las informaciones provenientes del diario Kleine Zeitung, las cuales apuntan a que se estaría muy cerca de la firma para que los fabricantes chinos GAC (Guangzhou Automobile Group) y Xpeng realicen el ensamblado de los modelos de ambas marcas destinados al mercado europeo.
Según apunta el medio, se realizaría en un formato de SKF (Semi-Knocked down), lo que significaría que las líneas de Magna Steyr recibirían las piezas prefabricadas provenientes desde China y en Graz se procedería no sólo a su ensamblaje, sino también a la tarea de incorporar los ejes y los motores, por lo que, de esta forma, se podría sortear el sobrecoste de los aranceles que la Unión Europea está aplicando a los fabricantes que importan los coches eléctricos fabricados en el gigante asiático.
De concretarse el acuerdo, sería un respiro para la compañía austriaca después de un 2024 en el que la fabricación de unidades cayó en picado, pasando a solo 71.900 automóviles el año pasado, en comparación con los 105.100 del año 2023. En la mayoría de ocasiones esto fue debido a cosas ajenas a Magna, como la entrada en bancarrota de Fisker (se esperaba que el Ocean fuera fabricado allí) o la decisión de INEOS de retrasar el inicio de su producción allí.