Uno de los rasgos de diseño automovilístico más icónicos de los 80 y 90 podría estar muy cerca de regresar a las calles. Hablamos por supuesto de los faros escamoteables, un recurso estilístico que marcó la imagen de multitud de coches y que ahora marcas como Ferrari o Mazda están decididas a resucitar gracias a ideas peculiares, pero igual de llamativas.
El desafío de resucitar los faros escamoteables
Existe una larga lista de coches que, si no fuese por el uso de faros escamoteables en sus múltiples estilos, seguro no se habrían convertido en iconos del diseño automovilístico, o por lo menos no tanto. Sin embargo, la cada vez mayor preocupación por la seguridad de los peatones obligó a eliminar por completo este tipo de ópticas, algo que además apoyó el avance en tecnología de iluminación con diseños cada vez más minimalistas e integrados dentro de la propia carrocería de los coches.
Pues bien, resulta que algunos fabricantes quieren recuperar esa idea de faros emergentes, una idea que permite añadir un plus de personalidad a sus coches, posibilitando además ofrecer una doble estética en función de la activación de las luces. Ferrari fue la primera en poner en las calles esta nueva forma de entender los faros escamoteables, creando un Daytona SP3 cuyas ópticas delanteras ocultan parte su superficie cuando no están activas.
Para evitar cualquier compromiso con la seguridad o la aerodinámica, Ferrari creó una suerte de trampilla que se desplaza sobre el propio faro y se retrae hacia el interior, eliminando así cualquier posible problema.
Y ahora es Mazda quien recoge el testigo de esta corriente a través del prototipo Iconic SP, un coche que adelanta el diseño de la Mazda del futuro, pero más concretamente de los modelos MX-5 y el cada vez más posible regreso del RX-7.
La solución ideada por Mazda para los faros delanteros del Iconic SP, pasa por una suerte de “cejas” móviles capaces de ocultar las minimalistas ópticas cuando están desactivadas, pivotando hacia el exterior cuando son encendidos los faros. El planteamiento, bastante diferente a lo inventado por Ferrari, conseguiría también un mínimo impacto en seguridad o aerodinámica, si bien parece una solución más difícil de llevar a las calles.
Según el jefe de diseño de Mazda, Masashi Nakayima, el uso de este tipo de faros responde a un criterio simplemente estético dada la conexión con modelos históricos del fabricante como el RX-7, pues supone un claro elemento de identidad, más aún en un prototipo que no está sujeto a limitaciones de ningún tipo. Eso sí, en Mazda rehuyen por el momento hablar sobre la posibilidad de llevar a producción esta idea, la cual no parece precisamente fácil, aunque queda claro que la idea está sobre la mesa de diseño y en Hiroshima están dispuestos a homenajear a sus deportivos más icónicos.
Fuente: TopGear
