Como seguramente ya sabes, la última reforma de la Ley de Tráfico y Seguridad Vial no ha venido exenta de polémica. Se han endurecido multitud de sanciones – especialmente las sanciones por usar el teléfono móvil mientras conducimos – y se han introducido elementos de seguridad que tendremos que llevar a bordo, como los dispositivos luminosos de emergencia V-16. Pero no hemos venido a hablar de esas novedades, si no de una que afectará diariamente a nuestra circulación en coche: la notable reducción de los límites de velocidad en ciudad.
El próximo 11 de mayo entrarán en vigor los nuevos límites de velocidad en zonas urbanas. El límite genérico de 50 km/h desaparece, y se transforma en un límite con tres caras. Los 50 km/h seguirán siendo legales, pero solo en vías de dos o más carriles de circulación por sentido – vías de mayor capacidad, con mayor anchura y más seguridad. El límite pasa a ser de 30 km/h en el resto de vías, siempre que estemos en una vía convencional con un solo carril por sentido de circulación.
En este tipo de vías, muchos ayuntamientos ya habían establecido límites inferiores, pero esta normativa armoniza los límites máximos a nivel nacional. Por último, se implementa un tercer límite de solo 20 km/h en vías de plataforma única. Es decir, vías en las que peatones, vehículos y ciclistas comparten espacio – vías en las que no hay distinción entre calzada y acera, hablando en plata. En estas vías, a muchos conductores ya les resultaba naturalmente incómodo e incorrecto circular a velocidades superiores, dicho sea de paso.
Durante estos meses, los ayuntamientos españoles irán adaptando su señalización a esta nueva realidad. Una nueva realidad que comportará una mayor vigilancia por parte de los agentes de la autoridad y que los radares fijos y móviles se encargarán de hacernos cumplir – bajo pena de sanciones económicas considerables: circular a 51 km/h en un tramo limitado a 30 km/h ya comportará una multa de 200 euros y la pérdida de dos puntos del permiso de conducir. Insistimos, marca el 11 de mayo en tu calendario. Es por tu bien – y el de tus finanzas.
