¿Pagarías casi 2 millones de euros por un coche que está tan sucio y tan oxidado que lo mejor para tu integridad física sería subirte a él con un traje de protección? Probablemente, no. Y, probablemente, cambiarías de opinión cuando supieras que el vehículo del que te hablamos es un Ferrari Daytona único. Esta es la historia del coche más sucio que encontrarás en el Museo de Módena.
Entre 1969 y 1983, de la fábrica italiana salieron más de 1.200 unidades del precioso Ferrari Daytona. De todas ellas, únicamente hubo cinco de competición cuya carrocería era de aluminio y sólo una fue una versión de calle: es la que tenéis ante vuestros ojos. Teñido de Rosso Chiaro y con un interior en cuero Nero (que, difícilmente, se aprecia debido a su estado), este Ferrari Daytona 365 GTB/4 estaba equipado con faros delanteros de plexiglás y elevalunas eléctricos: características únicas de este modelo.
Aunque parezca extraño, este Ferrari Daytona está expuesto en el Museo Enzo Ferrari de Módena: tal y como lo veis. La marca decidió exhibirlo como se lo encontró hace cinco años: sucio, con algunas partes oxidadas y en un aparente estado de abandono. Ahora está en buenas manos y podría estar esperando una restauración completa (que, sin duda, necesita) por parte del departamento Classiche de Ferrari.
Su historia
Este Ferrari Daytona, con número de chasis 12653 y 36.390 kilómetros en el odómetro, fue vendido a Luciano Conti (un amigo del propio Enzo Ferrari) en 1969. Dos años después, en 1971, puso rumbo a Japón donde cambió de dueño tres veces. Cuando lo encontraron en el garaje donde pasó cuarenta años encerrado, era propiedad de Makoto Takai: a lo largo de ese tiempo fueron varios los compradores que quisieron hacerse con él, sin éxito alguno.
Se desconocen las razones por las que su propietario lo guardó y, prácticamente, lo abandonó. En 2017, RM Sotheby’s lo sacó a subasta por primera vez y alguien lo adquirió por casi dos millones: 1.807.000 euros. Suciedad incluida. El nuevo propietario accedió a prestar el Ferrari Daytona al museo que la marca tiene en Módena.
Desde que lo compró, hace cinco años, hasta que se organizó su mudanza a Italia, nadie ha tocado el coche: evidentemente, tampoco ha sido restaurado. Este Ferrari Daytona conserva su estado original desde que fue almacenado a principios de los años setenta: aunque parezca encantadoramente contradictorio, han logrado conservarlo impecablemente sucio. Y es que parece más difícil eso, que mantenerlo limpio.