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Ferrari GTC4Lusso T, a prueba. El Ferrari más familiar es también el familiar más excitante

Las agujas de mi reloj señalan las 7 de la tarde. Es la hora exacta de la rueda de prensa de la presentación internacional del Ferrari GTC4Lusso T y me encantaría que estuvieras sentado aquí, a mi lado, para que vieras lo que se siente. ¿Te acuerdas de esa sensación cuando te habían chivado las preguntas de un examen y te sentías pletórico? Así me encuentro ahora, en uno de los cómodos sofás del hotel Borno San Luigi de Monteriggioni.

Una presentación de un nuevo Ferrari es un momento sumamente especial en el que un periodista del motor se siente un afortunado. Me encantaría que te hicieras una ligera idea de la cantidad de técnica, esfuerzo y trabajo que hay detrás de cada nuevo cavallino. Ni siquiera la alcaldesa del pueblo, que está aquí con nosotros, se ha querido perder la rueda de prensa. No son simplemente unos coches rojos con motores potentes para millonarios. Estamos ante auténticas obras de ingeniería, magníficos vehículos pasionales… el verdadero motivo por el que, cuando éramos niños, jugábamos con deportivos de juguete rojos y no con Toyota Prius híbridos.

Vista lateral del Ferrari GTC4Lusso resaltando su elegancia y dinamismo.
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La presentación con la que nos están obsequiando no deja lugar a dudas de la cantidad de ingeniería y marketing que hay tras un Ferrari. Entre las treinta y cuatro diapositivas hay algunas que resultan alucinantes: gráficas con picos de presión para cada scroll de turbina, dibujos 3D de los colectores de escape, del intercooler en forma de “i” o del sistema de escape totalmente rediseñado, espectros de sonido del escape con toda la gama de frecuencias que pueden ser percibidas por el oído humano, imágenes con cámara térmica de los pistones, benchmarking prestacional con otros modelos de la competencia, gráficas de la gestión de la combustión del motor y la presión de cada cilindro, infografías de la agilidad del vehículo en función del tiempo de respuesta de la dirección. Todo resulta muy impresionante, pero todo este “powerpoint” es sólo el recurso para explicar el placer de conducción que un Ferrari puede causar.

Te pongo en situación: la pasada primavera, la marca se encargó de reemplazar al Ferrari FF con el nuevo GTC4Lusso “a secas”, manteniendo su filosofía de GT con dos puertas y cuatro plazas, así como su planteamiento mecánico, con un V12 atmosférico bajo el capó y tracción total. Durante la pasada edición del Salón del Automóvil de París, en septiembre, Ferrari presentó este GTC4Lusso T, que reemplaza el motor V12 de 690 CV por un sobresaliente V8 turboalimentado de 610 CV.

Marco Bai, product manager de marketing en Ferrari ha sido muy categórico con el posicionamiento que adquiere este nuevo GTC4Lusso T, “no es un Lusso con un motor más pequeño. Es un modelo completamente diferente, que se comercializará junto con el V12”. Y, entonces… ¿por qué un motor V8?, te estarás preguntando. Desde Ferrari aseguran querer expandir su línea de negocio en busca de un perfil de cliente más joven y no tan enfocado en las máximas prestaciones. Se ha desarrollado basándose en los gustos de conductores jóvenes que buscan hacer un uso más intenso de su Ferrari. Para ello, debe ser más versátil, racional y con un consumo más frugal. Su precio, de 263.432 euros lo convierte en una opción un 15% más económica que el GTC4Lusso V12.

Sus rivales ahora son el Bentley Continental GT V8, el Mercedes Clase S Coupé, el nuevo Porsche Panamera Sport Turismo o, según Marco Bai, “cualquier familiar con prestaciones similares, como el Audi RS6.

La apuesta puede ser todo un éxito, como ocurrió en Bentley con la llegada del motor V8 al Continental GT. Entonces, aumentaron los clientes que buscaban buenas prestaciones, más eficiencia y un precio menor de acceso. En Bentley, el motor de doce cilindros se mantuvo disponible como el escaparate para los más puristas y pudientes, pero redujo sustancialmente su cuota de mercado.

Leonardo Putzo, ingeniero de Ferrari, afirma que el GTC4Lusso T es mejor en agilidad y dinámica. Y los datos que la propia Ferrari nos ofrece son muy convincentes. Pierde el V12 y la tracción total, pero el excelente rendimiento del nuevo propulsor V8, junto con la pérdida de 50 kilos, hace que las prestaciones apenas se vean perjudicadas. De hecho, hace el 0-100 km/h en 3,5 segundos, ¡sólo una décima más lento que el V12 e incluso dos décimas más rápido que el antiguo Ferrari FF con motor V12!

Aunque algunos puristas dirán que es una profanación elegir un V8 turboalimentado antes que un V12 de aspiración natural, creo tener dos razonas por las que no es así. Primero, no sospecho que sea un sacrilegio cuando fue el propio Ferrari F40 quien, hace 30 años, montó un V8 doblemente turboalimentado. Y segundo porque este propulsor ha sido galardonado con el premio “International Engine of the Year 2016” al mejor motor. Pero, en cualquier caso, mañana saldremos de dudas…

Respira profundamente. Imagina lo que está a punto de suceder

Monteriggioni es una pequeña fortaleza medieval amurallada, de apenas diecinueve kilómetros cuadrados y asentada sobre una colina. Imagínate el revuelo que causan seis Ferrari GTC4Lusso T perfectamente alineados en la plaza de esta pequeña localidad donde apenas viven un centenar de personas. Los turistas se arremolinan alrededor de los coches mientras el sonido de los motores cobrando vida, uno a uno, permite que me haga una idea de lo que está por venir.

Entre mis compañeros afloran muchas sonrisas. Supone el comienzo de una prueba que nos recuerda que nuestro trabajo es lo que más nos gusta en la vida. Mientras recibimos las últimas instrucciones, contemplamos los Ferrari GTC4Lusso T. Parecen un suave restyling del FF. Conserva un aspecto evocador, gracias a su diseño shooting brake de casi cinco metros de longitud, con un perfil sensacional y un morro extraordinariamente alargado. Se han añadido unas enormes branquias laterales y la zaga se ve más fresca con los dos pilotos adicionales con luces LED a cada lado. Se nota mucho más sugerente y sexy.

El puesto de conducción resulta bastante confortable y no voy sentado especialmente bajo. Justo enfrente de mí está el cuadro de instrumentos, presidido por el reloj del tacómetro tarado hasta 10,000 vueltas, aunque ahora el corte de inyección se sitúa a 7.500.

Como en todo Ferrari moderno, en el volante se encuentran unos cuantos pulsadores, Una idea adoptada de los Fórmula 1. Botón de arranque, el manettino, los intermitentes, las luces, el control de la suspensión, los parabrisas… ¡sólo echo en falta el botón para hablar por radio con boxes!

El volante cuenta con un diseño algo vetusto, aunque según Ferrari es de nueva factura e incorpora algunas funcionalidades, como que las teclas de los intermitentes pueden accionarse desde delante o detrás. Está coronado por una tira de LED en la parte superior, que se encienden progresivamente a medida que nos aproximamos al corte de inyección. Y, tras él, se encuentran las grandes levas en fibra de carbono fijadas a la columna de dirección.

El salpicadero está presidido por la última versión del sistema de navegación, con una nueva pantalla táctil de 10,2 pulgadas, con mapas mejor diseñados, más modernos y conexión con Apple Car Play. Y, justo encima de la guantera, se ha puesto una nueva pantalla táctil de 8,8 pulgadas, para que el copiloto disfrute de la experiencia y conozca la velocidad en cada instante. Además, también puede manejar el audio y la navegación. Detalles lujuriosos que nos confirman que estamos ante un auténtico Ferrari. ¡Ah!, se me olvidaba… es el primer Ferrari que tiene una llave electrónica de las de nueva generación.

Los primeros kilómetros hasta nuestro primer check point, en Volterra, transcurren por una carretera que está llena de camiones y coches. A un ritmo razonable, la dirección resulta ligera y rápida. No hay una gran distancia hasta Volterra, pero rápidamente confirmamos que los casi dos metros de ancho del GTC4Lusso resultan muy justos cuando un camión se aproxima en sentido contrario, teniendo en cuenta que los arcenes de esta carretera secundaria relucen por su ausencia.

El Lusso tiene ahora cuatro ruedas directrices, gracias a unos actuadores eléctricos en las ruedas traseras para hacerlas girar hasta 2.15 grados. Con esto se consigue mejorar la agilidad a más de 80 kilómetros por hora cerrando la trayectoria en curvas y ganando en manejabilidad a velocidades bajas. Este sistema hace que esta berlinetta de casi cinco metros de longitud se mueva con especial agilidad en las curvas rápidas y los giros cerrados.

El sonido de los escapes es intenso y enérgico, pero no te envolverá en el aura del V12 y eso que Ferrari ha rediseñado completamente el sistema de escape buscando en todo momento un sonido “a imagen y semejanza” de su hermano mayor. Está bien, pero indudablemente el V12 es mucho más escatológico. Es el precio que hay pagar por tener un motor más razonable y eficiente.

Después de atravesar Volterra, ponemos rumbo hasta Punta Ala. Primero por un tramo de carretera secundaria y posteriormente unos 55 kilómetros por la autostrada SS1. El GTC4Lusso T tiene un comportamiento sobresaliente. Uno podría pensar que estamos ante un Ferrari descafeinado, por eso de tratarse de un Ferrari V8 y cuatro plazas para toda la familia, pero nada más alejado de la realidad. El GTC4Lusso T tiene un comportamiento y prestaciones envidiables.

El confort de marcha es excepcional. Gracias a la suspensión magnetorreológica, la carretera parece el tapete de una mesa de billar a pesar del mal estado del asfalto. Con el manettino en la primera posición, el Ferrari se comportará como un Audi A6. Comienza a girar el manettino en sentido horario y las aptitudes comenzarán a brillar. Usando el modo Sport sentirás como, con extrema finura, cada aspecto del coche se despierta: la amortiguación se torna más dura, la dirección más pesada, incluso se abre el bypass de las válvulas de escape para amenizar con un sonido más estremecedor.

Es muy típico eso de que un Fiat Panda intente seguirte el ritmo en Italia. Sin embargo, un tramo de autovía con dos carriles vacíos, más o menos rectos, buena visibilidad y poco tráfico consiguen que el Ferrari pierda el juicio y empiece a cubrir terreno a una velocidad de vértigo, siendo tremendamente estable yendo a todo trapo. El Ferrari GTC4Lusso T es capaz de mantener, sin inmutarse, velocidades de crucero que distan mucho de lo considerado como legal. Gracias, sin duda, al portentoso motor.

Hacemos una parada en el puerto de Punta Ala para estirar las piernas y comer algo. No puedo dejar pasar la oportunidad de abrir el capó y echarle un vistazo al nuevo V8, que me parece una obra maestra. Sus dimensiones son mucho más compactas que las del V12 y ahora no llena el vano motor. Pero ya he comprobado que las prestaciones son mejores que nunca.

Resulta irónico que este Lusso T comparta braguitas con el Ferrari 488 GTB y el California T. El propulsor es el mismo V8 de 3.9 litros Twin-Turbo, sólo que ahora entrega una potencia de 610 CV, a medio camino entre los 560 caballos del primero y los 670 del segundo. El icónico cigüeñal plano es el responsable de la banda sonora rasgada del V8.

Este V8 cuenta un sistema llamado Variable Boost Management que limita el par electrónicamente. Básicamente impone un mapa de par común para las tres primeras velocidades y luego curvas de par variables entre la tercera y la séptima marcha, de forma que tenga la progresividad de un motor atmosférico. El resultado final es que sólo es posible alcanzar el par máximo de 760 Nm en séptima velocidad a partir de 3000 vueltas. El efecto es alucinante y gracias a este sistema, la aceleración longitudinal es más progresiva en todas las marchas y se incrementa de forma incesante con la subida del régimen del motor.

Y, por hablar de eficiencia (algo que no creo que interese en absoluto a los propietarios de un Ferrari), la reducción de cubicaje y la introducción de turbo han conseguido reducir su consumo un 30% hasta los 11,6 l/100 Km que homologa el Ferrari GTC4Lusso T.

El Ferrari GTC4Lusso T en busca de la carretera perfecta

Tras la pausa en el puerto, nos dirigimos hacia Massa Marittima para buscar la strada provinciale pavone, un puerto de montaña a través de la reserva natural Palazzo. Esta carretera de montaña no es la ruta más la rápida, pero sí la más divertida.

Después de un par de horquillas, la carretera se comienza a retorcer. Pongo el manettino en posición Sport, sujeto el volante con fuerza y acelero a fondo. De repente, se abre ante nosotros una carretera estupenda, sin tráfico alguno y comienzo a ser consciente de la precisión con la que han conseguido que esto se mueva. La experiencia es asombrosa, explosiva, enardecida… y no se acaba hasta que se termina tu valentía.

Las endorfinas se liberan. No es un coche difícil de conducir, pero si quieres ir rápido sí debes ser valiente. Más te vale estar atento y espabilado, porque las cosas pasan muy rápido. El sistema de gestión variable del par te hace sentir cómo la potencia crece y crece conforme sube de vueltas y gana velocidad. Parece que el V8 nunca se acaba; es más, se viene arriba cada kilómetro por hora que ganamos. Al final mi valor se agota antes que el empuje del Lusso.

En última instancia hay suficiente agarre en ambos ejes como para conseguir un paso por curva muy veloz. Y el rendimiento en línea recta es colosal por lo que, al final, este Ferrari es muy rápido y entretenido de conducir. No existe absolutamente nada de retraso en la respuesta de la entrada del turbo, pero sí se podría mejorar un poco la calibración del cambio de doble embrague, en el que se percibe una ligera interrupción de la potencia cuando buscamos la máxima aceleración en cualquiera de sus marchas. Al menos, hace que el proceso sea más brusco, lo que le da un poco más de crueldad al asunto.

El motor tiene como punto fuerte la rapidez de respuesta y la suavidad de la curva de par. El Lusso fluye por las curvas rápidas con muy buena compostura. Llámame como quieras, pero pienso que la supresión del V12 y del sistema de tracción total ha sido todo un acierto, porque hace que el comportamiento sea mucho más ágil y liviano (ahora pesa 1740 kg). Uno podría pensar que la capacidad de tracción quedaría maltrecha. Pero, nada de eso, el GTC4Lusso T tiene un set-up brillante y una capacidad de pegarse al suelo como el pegamento. Es prácticamente imposible sacarlo de sus casillas.

Mientras bajo por el lado norte hacia nuestro destino, relajo la presión de los puños sobre el volante y me seco la palma de la mano sudorosa. Pienso que el Ferrari GTC4Lusso T es la prueba fehaciente de que hay vida más allá de la hegemonía alemana formada por el Bentley Continental V8 (sí, Bentley es, en el fondo, alemana), el Porsche Panamera Sport Turismo o el Mercedes Clase S Coupé.

Lo que conmueve del Ferrari GTC4Lusso T es la ausencia de defectos. Todo está estupendamente bien puesto a punto. La pasión que corre por las venas del italiano no la tiene ninguno de sus rivales alemanes. La forma en la que todo lo hace es alucinante. Es un coche perfecto, rápido y muy deportivo, pero además es confortable y familiar, ¿qué más podríamos pedir? Sólo 263.462 euros para pagarlo…

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Pepe Giménez

He podido estar vinculado a la automoción desde pequeño y desde 2009 colaboro en Diariomotor. Mi actividad se centra en realizar pruebas a vehículos deportivos y elaborar reportajes especiales sobre diferentes temas. Los deportivos son mi perdición y disfruto con el olor a gasolina y a rueda quemada. Podéis contactar conmigo a través de pepe.gimenez @ diariomotor.com Seguir leyendo...

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Ferrari GTC4Lusso

  302.508 €

El GTC4 Lusso es el Ferrari de 4 plazas reales con maletero que podrías llevar de viaje a la nieve gracias a su tracción integral. Lo mejor de este coche es que a pesar de ese toque "práctico" y un espacio interior bastante decente, sigue siendo un auténtico Ferrari de pies a cabeza, con todo lo que ello implica

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