Corría el año 2013 y el sector automovilístico estaba a punto de cambiar con la llegada de tres coches de tres marcas que, aunque habían rivalizado desde tiempos inmemorables, nunca lo habían hecho de una manera tan intensa. Y prueba de ello fue la Santísima Trinidad automovilística conformada por el Ferrari LaFerrari, el Porsche 918 Spyder y el McLaren P1, tercera remesa de hiperdeportivos y que ya han cumplido diez años, aunque no lo parezca.
Y es que ni por diseño, tren mecánico o valor en la actualidad diríamos que estas tres obras de arte con ruedas tienen una década a sus espaldas. Pero así es, y además de aprovechar los diez años de vida es también momento para ponernos en alerta, porque es claro síntoma de que falta poco para que se presenten sus sucesores.
Los Ferrari LaFerrari, McLaren P1 y Porsche 918 ya tienen diez años aunque parezca mentira
Pero centrándonos en nuestros protagonistas, nos topamos con un LaFerrari que seguía la tradición de una marca que conmemora sus aniversarios con el lanzamiento de un hiperdeportivo; con un 918 que tomaba el relevo de unos incombustibles Porsche 959 y Carrera GT y con un P1 que recogía el testigo de un casi insuperable McLaren F1.
Y aunque bien es cierto que la simple misión de estos tres coches ya era motivo de admiración, más mérito tuvo que fuesen fieles a sus principios recurriendo a un sistema híbrido. Porque pese a que a día de hoy la tónica habitual sea la de superdeportivos PHEV, tal y como demuestran modelos como el recién presentado Lamborghini Revuelto o el Ferrari SF90 Stradale, no era tan común en 2013, y menos en el segmento en el que se instauraban el LaFerrari, P1 y 918.
Esto hizo que se marcase un antes y un después, especialmente si tenemos en cuenta que sus antecesores no mostraban vestigio alguno de electrificación. Pero no solo era la forma de instaurar ese punto de inflexión, sino también de alcanzar niveles de potencia impropios de un coche de calle por aquel entonces.
Por una parte, el LaFerrari hacía gala de V12 atmosférico de 6.2 litros que, de la mano de un motor eléctrico de 163 CV, rendía un total de 963 CV y 900 Nm de par. Con dichas cifras, el hiperdeportivo del cavallino rampante era capaz de fulminar el 0 a 100 en 3 segundos y alcanzar una velocidad punta de 350 km/h, todo ello acompañado por una apoteósica banda sonora.
El Porsche 918 Spyder recurría a un V8 atmosférico de 4.6 litros que desarrollaba 608 CV y 500 Nm de par, cifras que se elevaban hasta unos mucho más salvajes 886 CV y 1.280 Nm de par gracias a la presencia de un propulsor eléctrico de 129 CV. Así, la apuesta de Stuttgart cubría el 0 a 100 en 2,6 segundos y gozaba de una velocidad máxima de 345 km/h.
Y por último pero no por ello menos importante el McLaren P1, modelo imponía su ley de la mano de un V8 sobrealimentado por turbo de 3.8 litros que, por sí solo, produce 737 CV y 720 Nm de par, cifras que aumentan hasta los 916 CV y 900 Nm de par por cortesía de un motor eléctrico de 179 CV. Con todo ello, el hiperdeportivo de Woking conseguía fulminar el 0 a 100 en 2,8 segundos y alcanzar una velocidad punta de 350 km/h.
Sí, los tres ofrecían -y ofrecen en los estándares actuales- cifras extraordinarias, pero también implicaban una situación extraordinaria por parte de sus potenciales propietarios. Y no solo en términos económicos para poder afrontar el desembolso que implicaban ya nuevos, sino también en lo que a la relación con la marca se refiere.
Y aunque bien es cierto que en la actualidad cualquiera que tenga una economía muy pero que muy saneada puede acceder a un P1, 918 o LaFerrari, la situación no era igual cuando estos coches se encontraban en activo. Al fin de cuentas, tanto Ferrari como McLaren Y Porsche limitaron la producción de los tres, permitiendo tan solo a sus clientes más especiales y cercanos acceder a una unidad.
Lógicamente, ello ha repercutido en el precio en el mercado de la ocasión, superando cualquiera de los tres modelos el millón de euros, y holgadamente. Y es que, al fin de cuentas, este tipo de coches tienen garantizado el cielo de la revalorización tal y como han demostrado y demuestran aquellos que ostentaron su puesto otrora.
Ahora bien, ¿dónde está el límite ya no solo del segmento que hoy nos ocupa, sino también de los superdeportivos? Porque ya sabemos que Porsche, Ferrari y McLaren están trabajando en los encargados de recoger el testigo de la última gran oleada de hiperdeportivos, pero también en coches de producción que han igualado e incluso superado a estos en prestaciones, tales como el Ferrari SF90 Stradale o el Lamborghini Revuelto.
Así, y con dicho contexto ya en juego, a las firmas dispuestas a trabajar con hiperdeportivos a abrir una nueva veda, a superar límites no escritos y a llevar a los coches a potencias impensables -y en muchas ocasiones totalmente innecesarias- de la mano de un tren mecánico complejo y que marcará puntos de inflexión en la historia del automóvil.
Galería McLaren P1:
Galería Porsche 918 Spyder:
Galería Ferrari LaFerrari:
Fuente imagen de portada: crankandpiston.com