Los one-off de Ferrari son los coches más caprichosos en existencia. Son coches para el que ya lo tiene todo. Ferrari solo fabrica unidades one-off para clientes muy especiales, propietarios de varios coches de la casa, y no precisamente los coches «de acceso». Por una suma de dinero nunca publicada – pero bien adentrada en las siete cifras – la marca de Maranello fabrica coches únicos a petición de algunos afortunados clientes. El último one-off se llama Ferrari Omologata y está basado en el Ferrari 812 Superfast. Sí amigos, si te gustan los coches, el dinero sí da la felicidad.
El nombre Omologata ya nos deja clara la inspiración que ha tenido este Ferrari tan especial. El equipo de diseño liderado por Flavio Manzoni se ha inspirado en clásicos como los Ferrari 250 GTO, además de youngtimers como los Ferrari 288 GTO. En verdad, la inspiración procede de diversas fuentes, con una clara evocación a aquellos Ferrari que conducían los «gentleman drivers» del pasado. Tomando como base el 812 Superfast, se ha creado una carrocería de líneas suaves, en la que todos los paneles han sido creados con mimo, partiendo de una tabula rasa.
Ferrari 812 GTS
Personalmente, me quedo con dos fascinantes detalles de todo su diseño. Las dos aberturas de su capó, que nos recuerdan a coches como el Ferrari 250 LM, y las lamas que reemplazan el cristal trasero, de clara evocación «ochentera». No sabemos quién ha comisionado esta obra de arte con ruedas, pero alabamos su buen gusto en términos automovilísticos. En la zaga del coche, los dos pilotos traseros son redondos, y cuatro colas de escape habitan en el difusor. Su aerodinámica es muy limpia, pero está muy cuidada. Lo esculpida de su carrocería habla mucho a favor de su diseño fastback, que bien podría haber pasado por el de un coche de producción en serie.
La librea del coche imita a la de un clásico de competición, y ha sido pintada en un color tricapa Rosso Magma, en contraste con el rojo tradicional de su carrocería. Del habitáculo apenas tenemos imágenes, pero la marca insiste en que se ha mantenido una línea muy purista. No hay florituras ni retroiluminación LED, solo asientos deportivos tapizados en una combinación de cuero y tela vaquera llamada Jeans Aunde, y una sensual consola central con botones para el selector del cambio.
Ciertas partes del salpicadero y volante están terminadas en una pintura rugosa, imperfecta, similar a la que recubre la culata de un coche de carreras de los años 50 o 60 como el Ferrari 250 GTO. En otras partes del interior se han creado superficies en metal martillado al desnudo, similar a la forma en que se carrozaban ciertos coches clásicos. A nivel mecánico, no se ha especificado si hay cambios, pero esperamos que emplee el brillante 6.5 V12 atmosférico del Ferrari 812 Superfast, capaz de desarrollar 800 CV de potencia, transmitidos al tren trasero.
Como os decíamos, el dinero no da la felicidad… salvo que te gusten los coches.