Ponerse a los mandos de un Ferrari es siempre sinónimo de diversión, ¿acaso alguien lo duda?, pero en nuestro análisis de hoy queremos ir más allá aprovechando que se trata del Ferrari Roma. Cuando Ferrari presentó el Roma, en cierto modo se paró el mundo del motor, y es que sin previo aviso, Ferrari rompió los esquemas de propios y extraños reinventando no solo su gama GT, sino todo cuanto dábamos por hecho en la marca y sus coches. Y es por este motivo por el que a través de nuestros amigos de C. de Salamanca en Marbella hoy probamos el Ferrari Roma en vídeo, buscando ofrecerte una visión que nunca nadie te ha dado sobre este superdeportivo.
Gran Turismo: reinventando el concepto en Ferrari
Durante años, la gama GT de Ferrari ha estado claramente definida a través de dos carrocería y propulsores. El acceso de Ferrari a través de un superdeportivo descapotable capaz de ofrecer usabilidad y disfrute a partes iguales, mientras que en la gama más alta, un 2+2 capaz de combinar lujo, refinamiento y motores V12 para hablar de exclusividad en primera persona. Pues bien, esta fórmula dada por sentada por muchos cambiará para siempre a partir de ahora, y el primer paso es el Ferrari Roma.
Concebido como Gran Turismo a la vieja usanza, el Roma recupera la idea más pura del GT para crear un coche capaz de mezclar prestaciones, confort y lujo a partes iguales. Es una idea que Ferrari había dejado atrás hace tiempo en pos de la diversificación, pero que ahora el Roma recupera como homenaje los dorados años ’50 y ’60. El objetivo en esta reinvención iniciada por el Roma es ofrecer una Ferrari GT de verdad, capaz de mantener su carácter y esencia, pero pudiendo luchar de tú a tú con coches como el Porsche 911 Turbo, el Aston Martin DB11, el Rolls-Royce Wraith o el Bentley Continental GT, sin duda la actual referencia.
Así, el Ferrari Roma sirve a Ferrari para tener en su gama un todo en uno capaz de reemplazar el espíritu del ya cesado GTC4Lusso, ofreciendo además un punto de vista claramente diferenciado con respecto al Portofino, pues ni podrás comprarte un Roma descapotable, ni la versatilidad del Roma es la que vas a encontrar en el Portofino.
Diseño del Ferrari Roma: la polémica
Arriesgado, diferente y, sobre todo, polarizador. Ferrari ha conseguido dividir el mercado entre los que aman o detestan el Roma, y es que la marca italiana ha creado un coche que literalmente ha roto nuestros esquemas. Ya os adelanto que en vivo gana bastantes puntos, incluso en esta sobria configuración que nos acompaña, pero Ferrari quería dejar claro su ánimo de ruptura con lo establecido y qué mejor forma de hacerlo que presentando algo reamente nuevo y diferente.
Es un coche que requiere tiempo de contemplación para entenderlo, pues para empezar huye de los rasgos sobrecargados de los Ferrari de circuito. Además presenta una mirada muy afilada y nunca antes vista, coronando el concepto con una calandra que bien podría haber sido transferida de uno de esos clásicos en los que se inspira el Roma. Y se me olvidaba, qué decir de esa voluptuosa trasera anunciada por el eje trasero, con mínimos pilotos LED, pero con cuatro enormes salidas de escape.
Sí, es un superdeportivo diferente para el que nadie nos había preparado, e incluso en el interior también consigue hacernos levantar la ceja, pero el segmento de los Gran Turismo pedía a gritos un soplo de aire freco y el Roma es precísamente esa corriente que ha puesto al rojo vivo la categoría. No todos conseguirán convencerse de su diseño o planteamiento, pero a poco que conoces el Roma, te das cuenta que Ferrari tampoco lo pretende. En Maranello han apostado fuerte para tambalear los cimientos de un segmento donde no tenían presencia. Sus rivales, GT de gran solera con fórmulas consolidas en teoría parten con ventaja, pero el Roma no es un GT más, sino otra forma de entender el Gran Turismo.
El superdeportivo para usar a diario
Entendidas cuáles son las razones que han llevado a Ferrari a crear el Roma, toca descubrir por qué decimos que este es el Gran Turismo al estilo Ferrari. Para su desarrollo no se partió de una hoja en blanco, sino que se empleó la ya existente del Portofino, aunque renovando o modificando el 70% de sus componentes. En la práctica, podemos considerar al Roma un coche prácticamente nuevo.
Para su corazón se emplea un propulsor 3.9 V8 Twin-Turbo capaz de desarrollar 620 CV de potencia máxima y 760 Nm de par, estando conectado a una transmisión de doble embrague con 8 relaciones y al eje trasero a través de un diferencial controlado electrónicamente. ¿Qué significa esto? Pues que el Roma es un Ferrari con todas las de la ley: es rápido, preciso y realmente adictivo. Su funcionamiento en cualesquiera de sus modos de conducción invita a una conducción deportiva, dando alas a las 7.500 rpm que alcanza su 8 cilindros, y haciéndolo además con una melodía maravillosa. Tenemos prestaciones de sobra, 0-100 Km/h en 3,4 segundos y más de 320 Km/h de punta, y creedme si os digo que este coche no solo es capaz de hacernos vibrar como el más radical de los superdeportivos, sino también permitirnos cruzar España sin inmutarnos.
Y es que lo realmente impresionante del Roma es que todas sus posibilidades están a disposición del conductor cuando y donde queramos. A golpe de manettino podemos modificar el comportamiento de este coche, sorprendiendo por cómodo en su perfil más sosegado, pero ofreciendo mucha garra cuando nos atrevemos a solicitar el modo «Race». Cabría esperar que un Gran Turismo, pese a llamarse Ferrari, pecara de exceso de filtro o buenas maneras, pero no es ese el caso del Ferrari Roma. Si lo tuyo es disfrutar de paseos, rápidos, pero ajeno a todo cuanto pasa a tu alrededor, éste no es tu coche. Pero si lo que buscas es un GT donde el placer también suponga que se te acelere el pulso con cada curva o golpe de gas, el Roma es tu coche.
