Los restomod son cada vez más populares. Mejorar la técnica, fiabilidad y rendimiento de un coche clásico, manteniendo su estética y su esencia intactos es todo un arte. Marcas como Singer o Automobili Amos han presentado propuestas dignas de museo sobre clásicos como el Porsche 911 o el Lancia Delta Integrale. A ellas se unen los italianos de Officine Fioravanti, que han decidido que el Ferrari Testarossa merecía entrar en ese selecto club de restomod de altos vuelos. Y como vais a ver a lo largo de este artículo, han creado una auténtica obra maestra.
Para presentar su primer Testarossa restomod, han partido de la base de una unidad de un solo espejo retrovisor, en color blanco. Una unidad de primera serie que evoca claramente a series como Miami Vice, y representa el exceso de los ochenta de forma paradigmática. De hecho, la presentación del restomod en un color blanco metalizado no es en absoluto casual. Estéticamente, Fioravanti ha decidido mantener prácticamente de serie al Testarossa. Su espejo único, la rejilla de su motor, los faros escamoteables… todos estos elementos siguen en su sitio.
La única modificación aparente son unas llantas forjadas de tamaño superior, pero diseño fiel a las originales. Tienen 17 pulgadas en el eje delantero y 18 pulgadas en el tren trasero, y su única razón de ser, además de reducir las masas no suspendidas, es alojar un equipo de frenado Brembo de mayor rendimiento. Este equipo de frenado cuenta con discos ventilados, pinzas de seis pistones en el eje delantero y pinzas de cuatro pistones en el eje trasero. El ABS tiene doce ajustes posibles y las llantas van envueltas en neumáticos Michelin Pilot Sport 4 S.
Os habíamos dicho que la carrocería no tiene cambios, pero en verdad, algunos de sus paneles han sido sustituidos por otros construidos en fibra de carbono, material que también se ha aplicado de forma selectiva en el chasis e interior del vehículo. El resultado es un ahorro de peso de nada menos que 130 kilos con respecto al coche original, cuyo peso era de apenas 1.510 kilos. Una de las obsesiones de Fioravanti ha sido mejorar la dinámica del Testarossa, y para ello, han instalado unos nuevos amortiguadores dobles de botella separada, firmados por el especialista sueco Öhlins.
Estos amortiguadores son ajustables y han sido específicamente desarrollados para este proyecto. Las barras estabilizadoras delanteras y traseras también son ajustables, y el coche incorpora un control de tracción configurable. Todos estos ajustes pueden hacerse desde el habitáculo, mediante una botonería de aspecto retro, pero entrañas de última generación. No obstante, el protagonista es el 4.9 de doce cilindros. Este V12 a 180º – no un bóxer de doce cilindros – desarrollaba 390 CV en los años ochenta, y ha sido profundamente mejorado por Officine Fioravanti.
Se ha modificado el sistema de encendido, la distribución y la electrónica del motor, además de instalar un escape activo de última generación y una admisión más generosa. El resultado es una potencia de 510 CV a 9.000 rpm, manteniendo la aspiración atmosférica. Sus mejores prestaciones le permiten alcanzar una velocidad máxima de 323 km/h. Y lo hace mientras su calidad y confort interior aumenta varios enteros. El diseño interior no ha cambiado, pero los mandos de plástico se han reemplazado por mandos en metal mecanizado y se ha retapizado el habitáculo.
Los nuevos controles se han escondido de forma magistral y se ha optado por retener la preciosa instrumentación analógica firmada por Veglia. No obstante, oculta a la vista hay un discreto equipo de infoentretenimiento compatible con Apple CarPlay. El toque final lo pone un teléfono de época, montado en la consola central. Las entrañas de ese teléfono han sido modificadas y ahora puede usarse – Bluetooth mediante – en conexión con nuestro smartphone para hacer llamadas. En definitiva, un proyecto con alma y un gran respeto al coche original.
Mejorado en todos los sentidos, sin perder su esencia.