Los motores de 12 cilindros de Ferrari son legendarios – una leyenda que se mantiene hoy día en los coches de calle, pero que se forjó en la competición cuando había más libertad de motorizaciones. Es conocido el caso de los motores de doce cilindros de la marca, tanto los motores planos que utilizaron en los sesenta y setenta como los V12 que llevaron entre 1989 y 1995. Y son precisamente los años finales los que llevaron a los motores con el sonido que te transporta directamente a una dimensión aparte: los Ferrari Tipo 043 y 044.
Ferrari Tipo 043, el que devolvió a Maranello a la senda del triunfo
El primero de ellos, el Tipo 043, llegó para aquella controvertida y maldita temporada 1994, la última con motores de 3,5 litros. Era un motor a 75 grados diseñado por Claudio Lombardi y Osamu Goto, quien venía procedente de Honda después de que estos abandonasen la F1 a finales de 1992. En la primera mitad del año se usó el 041 del año anterior, pero desde la clasificación del fatídico GP de San Marino se utilizó el 043, que pasó a ser el motor de carreras de Alemania en adelante, otorgando una potencia superior a los 830 CV.
Fue el motor que propulsó a Ferrari de nuevo hacia el éxito tras años nefastos, con una victoria de Gerhard Berger en Alemania como momento culmen del año tras la batalla entre los Benetton-Ford y los Williams-Renault. Ferrari fue tercero sin discordia ese año, por delante de todos los equipos de tabla media y un McLaren que se encontró con un motor Peugeot con una fiabilidad horrible, tanta que recurrieron a Mercedes para el año siguiente, iniciando una colaboración legendaria.
Los numerosos accidentes ocurridos durante el año – no solo los mortales de Ayrton Senna o Roland Ratzenberger, sino los que pusieron en peligro la vida de Rubens Barrichello, Andrea Montermini, Karl Wendlinger o JJ Lehto, entre otros – llevaron a que para el año siguiente se limitaran los motores. De manera que pasaron de 3,5 a 3 litros, dando lugar a que Ferrari presentase el Tipo 044. El que sería, a la postre, el último V12 de Ferrari en Fórmula 1.
También con un ángulo de 75 grados y 48 válvulas, el Tipo 044 del 412 T2 demostraría ser el más potente de la parrilla con más de 700 CV (unos 760 CV en clasificación), además de ser unos 9 kilogramos más ligero que su antecesor gracias el uso de acero en lugar de hierro fundido, pesando unos 132 kilogramos (Silodrome). Al reducirse el tamaño máximo del depósito de combustible, se pudo optimizar la posición del motor y así mejorar el reparto de pesos.
Potencial para ser campeones, pero demasiado frágiles en distancia de carrera
En clasificación solían ser rápidos, pero los problemas de fiabilidad volvieron a lastrar a una Ferrari que sí tenía material para retar a Benetton y Williams – Michael Schumacher probó este coche a finales de 1995 y afirmó que era lo suficientemente bueno como para haber ganado el campeonato de aquel año. El punto cumbre fue la gran victoria de Jean Alesi en Canadá, la única en las 201 carreras en F1 del carismático francés. En cambio, el momento descorazonador fue el doble abandono de Alesi y Berger en Italia a pocas vueltas del final, así como el doble abandono en Spa tras haber salido ambos en primera fila.
Aunque no fuera campeón, se le recuerda por ser el último V12 que logró ganar una carrera de Fórmula 1, algo que parece que se mantendrá salvo un cambio radical de la normativa – así como el último motor con gasolina Agip en ganar un Gran Premio. Y, por supuesto, se le recuerda por tener la que quizás sea la mejor sinfonía que se ha visto jamás en un circuito, con permiso de otros V8, V10 y V12, sean o no de Ferrari.
Tuvimos suerte de ver algún coche de Ferrari que heredó motores de Fórmula 1. En resistencia estaba el 333SP, el cual montaba el mismo motor Tipo 037 del Ferrari 641 de 1990, pero con la cilindrada aumentada de 3,5 a 4 litros y la potencia rebajada para aguantar sin problemas las 24 Horas de Le Mans. El resultado fue uno de los motores de competición más resistentes jamás vistos, según aseguró en su momento el diseñador Tony Southgate.
Ese mismo motor 3,5 sería también la base del 4,7 Tipo F130B que se vería en la parte central del Ferrari F50 a mediados de la década, siendo este el sucesor del legendario F40. Este V12 4,7 atmosférico entregaba 512 CV y 491 Nm de par motor, mejorándose hasta los 750 CV y 529 Nm en su versión de carreras, el F50 GT que debía competir en la categoría GT1 y acabó siendo cancelado, quedando apenas tres chasis que sobrevivieron. Pero, por desgracia, el Tipo 044 jamás se utilizó más allá de la temporada 1995.