Cuando la crisis del petróleo golpeó al mundo entero allá por 1973, por todo el mundo se trataron de buscar alternativas a los derivados del oro negro. Varios países tuvieron iniciativas (entre ellas la de retomar el desarrollo del coche eléctrico, que se había quedado rezagado ya a principios del siglo XX), pero una de ellas fue de las más célebres: el uso de etanol. La respuesta llegaría en 1979, con nada menos que… un Fiat 147.
El etanol fue una respuesta directa a la crisis del petróleo y Fiat respondió con el 147
Quizás a algunos no les suene este modelo, pero sí les suene la silueta. El 147 era, en esencia, la versión brasileña del Fiat 127 o SEAT 127, uno de los iconos de la década de los setenta en España. No en vano, fue el coche más vendido en nuestro país entre 1973 a 1977 (La Escudería). Se fabricaba en Betim y contaba con soluciones similares a las del 127 o el Mini Cooper, como el motor delantero transversal, voladizos cortos o la rueda de repuesto en el vano motor.
El Gobierno Federal de Brasil estableció el programa ProÁlcool (Programa Nacional de Alcohol) allá por 1975 con incentivos para la producción de etanol a partir de caña de azúcar – utilizando el proceso de fermentación del azúcar para producir biofuel, como hoy día también se hace con el maíz u otros productos. Fiat empezaba con el desarrollo del 147 de etanol al año siguiente, en 1976.
Ese mismo año, en el Salón del Automóvil de Sao Paulo, ya presentaron un prototipo de 147 propulsado por etanol con miles de kilómetros recorridos. Los test continuaron con varias unidades hasta que, en septiembre de 1978, hicieron la prueba definitiva: un recorrido de 6.800 kilómetros que tardaron doce días en completarlo, haciendo 500 kilómetros diarios de media y con variaciones climáticas entre distintos puntos de Brasil de más de 30 grados.
Una prueba que el pequeño 147 de etanol logró superar. Esto fue lo que Fiat necesitaba para dar el gran salto: convertirlo a coche de producción, siendo el primer coche del mundo propulsado por etanol. Sería el 5 de julio de 1979 cuando Fiat Brasil pondría a la venta el 147 de etanol, contribuyendo a la descarbonización del país – hoy día es común encontrar coches propulsados por etanol en Brasil, extendiéndose este combustible a coches híbridos y, en el futuro, a híbridos enchufables.
La Cachacinha, precursora de los coches de etanol en Brasil
Como dato de interés, y como solía ocurrir con coches de aquella época, este también recibió su mote cariñoso: La ‘Cachacinha’. Y es que el olor que desprendía este coche al quemar etanol recordaba al de la cachaza, una bebida alcohólica destilada que se fabrica de una manera muy similar, fermentando la caña de azúcar. Aunque no corría como el motor de gasolina y el consumo era más elevado, el hecho de ser alternativa a la gasolina hace que tenga su hueco propio en la historia del automóvil.
