Vivimos tiempos convulsos. En la misma semana en la que conocíamos que la factura del escándalo de los diésel de Volkswagen sería incluso mayor de lo esperado, la EPA, la agencia de protección medioambiental de los Estados Unidos, apunta directamente al grupo Fiat Chrysler Automobiles bajo la acusación de haber empleado en Estados Unidos un software capaz de manipular los sistemas anticontaminación de manera que sus emisiones de NOx el condiciones normales fueran notablemente superiores a las analizadas en los procesos de homologación. Esta acusación, y el escándalo que se destapó a lo largo del último año y medio, es la misma a la que se enfrentó el Grupo Volkswagen. La misma acusación que tras ser reconocida por los alemanes acarrearía un coste muy elevado por el varapalo que supondría para su imagen, y por el propio coste económico que conllevan las sanciones, y el proceso de revisión de vehículos y recompra que se inició hace unos meses. Ahora bien, la pregunta del millón es la siguiente: ¿estamos ante un nuevo escándalo? ¿qué datos tenemos a estas horas?
La acusación de la U.S. Environmental Protection Agency
La EPA ha emitido un comunicado en el que acusa al grupo Fiat Chrysler Automobiles de haber instalado un software, en algunos de sus diésel comercializados en Estados Unidos, que altera el funcionamiento del motor incrementando las emisiones de NOx de estos. El mero hecho de no haber comunicado la existencia de dicho software, independientemente de que este se esté empleando con la intención de manipular los resultados de una homologación, o no, ya representa una infracción para la EPA y para la California Air Resources Board (CARB), que han comunicado la infracción a Fiat Chrysler Automobiles y que la han hecho pública hoy mismo. Recordemos que las normativas de homologación en Estados Unidos, y las reglas que se emplean para perseguir cualquier manipulación, no tienen mucho que ver con las aplicables en Europa. De no haber sido por la rigidez de la normativa estadounidense – y el tesón de unos investigadores – es probable que jamás nos hubiéramos enterado de las manipulaciones presentes en los diésel del Grupo Volkswagen y de su extensión a los motores y los turismos comercializados en Europa.
Ahora la pelota está en el tejado del grupo italoamericano para defenderse de estas acusaciones.
¿Qué vehículos están afectados?
La EPA habría determinado que están afectados un total de 104.000 vehículos que han salido de los concesionarios estadounidenses. Los modelos que según la EPA habrían incurrido en errores serían los Model Year 2014, 2015, y 2016, del Jeep Grand Cherokee y el Dodge Ram 1500, equipados con motor diésel de 3.0 litros.
No parece que el problema vaya a trasladarse en Europa. Primero porque el Dodge Ram 1500 no se comercializa en nuestro continente, aunque sí el Jeep Grand Cherokee. Y, segundo, porque la normativa aplicable en Estados Unidos no es comparable a la europea. Y de momento, a tenor del comunicado de la EPA, la infracción cometida en Estados Unidos no sería tal en Europa.
Recordemos que el grupo Fiat Chrysler Automobiles es un inmenso conglomerado en el que hay presentes fabricantes tan variopintos como los italianos, Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Abarth y Maserati; y los estadounidenses, Chrysler, Dodge, Jeep, RAM, Mopar y SRT. Las acusaciones irían dirigidas específicamente a dos de sus marcas estadounidenses, Jeep y Dodge.
¿Significa esto que ha habido manipulación deliberada de las emisiones?
No necesariamente. La existencia de un software que altere el funcionamiento de los sistemas anticontaminación, y que por lo tanto incremente las emisiones de NOx en ciertas circunstancias, no significa necesariamente que haya habido una manipulación deliberada, como si fue reconocida por el Grupo Volkswagen poco después de destaparse el escándalo. Los sistemas anticontaminación emplean diferentes lógicas de funcionamiento que no siempre pueden experimentarse en un banco de pruebas, o en un proceso de homologación. Existen procesos en los que el software de un motor puede aplicar un modo de funcionamiento a sus sistemas anticontaminación en los que temporalmente las emisiones se disparen, por ejemplo para proteger el propio motor, o regenerar sus sistemas anticontaminación.
El comunicado de hoy aún no puede llevarnos a pensar que haya existido una manipulación deliberada de las emisiones, hasta que se demuestre, o sea reconocido por el fabricante. Pero según la EPA y la CARB sí que se habría aplicado una lógica de funcionamiento al software de los motores supuestamente afectados que Fiat Chrysler Automobiles tendría que aclarar. Ver notificación de la EPA.
La EPA y CARB siguen trabajando mientras tanto para investigar si esa lógica de funcionamiento del software puede ser definida como un defeat device, es decir, como un dispositivo capaz de alterar las emisiones deliberadamente para obtener una homologación favorable.
¿Qué dice Fiat Chrysler Automobiles?
Fiat Chrysler Automobiles no ha tardado en publicar una nota de prensa mostrando su descontento por la acusación emitida por la EPA. El grupo italoamericano también ha desmentido que sus automóviles hayan incurrido en cualquier acción punible, y aún más en el uso de un defeat device. El fabricante asegura que los dispositivos anticontaminación empleados cumplen escrupulosamente con los requisitos técnicos y legales exigidos para no superar el umbral de emisiones de NOx estipulado en la normativa estadounidense.
De nuevo según Fiat Chrysler Automobiles, durante meses se ha estado proporcionando información a la EPA y otras autoridades acerca del funcionamiento de sus sistemas anticontaminación. También se habrían propuesto soluciones alternativas a la lógica de funcionamiento que empleaban sus motores para atender a los requisitos adicionales que la EPA ha transmitido al constructor. Es probable que, del intercambio de información durante los últimos meses, en los que se ha intensificado la vigilancia tras el escándalo de Volkswagen, venga el descontento de la marca por el hecho de que se haya hecho pública esta acusación.
Mientras tanto, Fiat Chrysler Automobiles asegura que seguirá trabajando con la EPA y la CARB para esclarecer los hechos y demostrar su inocencia, así como el hecho de que el funcionamiento de su software esté justificado y no pueda calificarse como un defeat device.
Ver comunicado completo de Fiat Chrysler Automobiles.
¿Qué consecuencias ha tenido y tendrá esta acusación?
La consecuencia directa del comunicado de la EPA y CARB ha sido una enorme caída en el mercado de divisas de las acciones del grupo Fiat Chrysler Automobiles. La caída ha sido tan acusada, que al alcanzar un retroceso del 16% su cotización fue interrumpida temporalmente para reanudarse poco más tarde. Si las acciones de Fiat Chrysler Automobiles (ver Market Watch) cerraban ayer a 11,09 dólares, en estos momentos se encuentran por debajo de los 10 dólares.
Como ya decíamos anteriormente, el mero hecho de que exista un software que altere injustificadamente el funcionamiento de los sistemas anticontaminación ya puede ser una causa de sanción. También el hecho de que no se haya notificado a las autoridades estadounidenses su presencia. Salvo que Fiat Chrysler Automobiles logre demostrar que su presencia ha sido notificada y está justificada.
Si además se demostrase que ese software altera deliberadamente las emisiones para obtener una calificación favorable en los procesos de homologación o, en otras palabras, que se tratase de un defeat device, Fiat Chrysler Automobiles tendría que enfrentarse a un proceso de sanciones y revisión de vehículos como el que obligó a Volkswagen a la recompra de miles de automóviles afectados en los últimos meses.