Hasta la llegada de Porsche y salvando los lazos con Koenigsegg, el futuro más prometedor de Rimac Automobili estaba en el acuerdo de colaboración con Hyundai Motor Group. El grupo coreano tenía grandes planes para esta alianza, pues Hyundai y Rimac estaban trabajando en el desarrollo de dos coches eléctricos bastante interesantes por su tecnología de propulsión. Sin embargo este idilio habría llegado a su fin con la entrada en escena de Porsche, finiquitando la colaboración establecida, aunque asegurando la supervivencia de al menos uno de los dos coches previstos.
Era el año 2019 cuando el fabricante Hyundai anunciaba la compra del 12% de Rimac por un valor de 80 millones de euros (Hyundai 64 millones y Kia otros 16 millones). Detrás de esta compra estaba el establecimiento de un acuerdo muy interesante en materia de propulsión eléctrica con la división Rimac Technology, buscando crear un coche eléctrico deportivo para la división N con la tecnología y conocimientos adquiridos por Rimac durante el desarrollo del actual Nevera, además de un segundo coche eléctrico deportivo, pero esta vez empleando una pila de combustible de hidrógeno en lugar de baterías.
Aunque los lazos entre Rimac y Porsche ya estaban ahí para aquel entonces, el posterior movimiento de la firma de Stuttgart y el grupo Volkswagen para aumentar su participación en Rimac y así convertirla en la nueva «dueña» de Bugatti, cambiaron por completo la hoja de ruta de la firma croata. Lo que antaño eran rentables colaboraciones a nivel tecnológico a múltiples bandas (Koenigsegg, Porsche, Pininfarina y Hyundai), ahora podrían ser acuerdos no tan interesantes. Motivo por el cual Hyundai habría decidido finalizar la relación, cancelando el deportivo alimentado por una pila de combustible de hidrógeno, aunque prosiguiendo de forma unilateral con el deportivo eléctrico a baterías que pretende ser lanzado en 2023 como modelo exclusivo de la división N.
Aunque ni Rimac ni Hyundai han querido comentar nada al respecto de esta información hecha pública por AutomotiveNews, todo apunta a que la marcha de Hyundai es una realidad dado que el eléctrico deportivo se encontraba en una fase lo suficientemente avanzada como para poder finalizar su desarrollo de forma unilateral. Teniendo en cuenta que hablamos del primer eléctrico de la división N, no solo debemos esperar un diseño más agresivo y altas prestaciones, sino también un salto tecnológico con respecto al resto de la gama electrificada de Hyundai, añadiendo a todo esto el uso de una denominación específica, cuando no una versión de altos vuelos de algún IONIQ.