Hace apenas unas semanas que pusimos a prueba el Bentley Mulsanne Speed con cierto sabor a nostalgia, pues ya nos imaginábamos que no tendríamos muchas más oportunidades como esa. Efectivamente, con la llegada del 2020 Bentley confirma el fin del Bentley Mulsanne, sin intención de fabricar un relevo, y apostándolo todo por un nuevo Bentley Flying Spur que ocupará su lugar como máximo estandarte en las berlinas de lujo. El adiós del Mulsanne cierra un capítulo importante para el constructor inglés, pues con su marcha no solo se perderá la berlina, sino también su icónico motor 6.75 V8 que en 2019 cumplió 60 años de vida.
Bentley confirma el punto y final del Bentley Mulsanne a través del lanzamiento de una serie limitada denominada 6.75 Edition by Mulliner. Se trata de la úlima serie especial que conocerá esta enorme berlina, una producción de solo 30 coches que pondrán el broche final a la producción del Mulsanne en las instalaciones de Bentley Mulliner en Crewe. De allí saldrán todos los Mulsanne restantes, confirmándose el fin de la comercialización del Mulsanne para la Primavera de este 2020.
Bentley Mulsanne
Hemos de recordar que este año 2020 serán muchos los modelos y motores que nos dirán adiós, y es que con la entrada en vigor de las sanciones por exceso de emisiones, coches como el Bentley Mulsanne son difícilmente justificables, incluso para un grupo de la magnitud de Volkswagen. Dicho esto, los planes de Bentley tienen prevista una completa electrificación, con lo que la fórmula estrenada por el Bentley Bentayga Hybrid será replicada en todos los modelos de la gama desde este mismo instante. Al mismo tiempo, el cese del Mulsanne coincide con el lanzamiento del Bentley Flying Spur, una berlina que pese a estar basada en el Continental GT, ha buscado distanciarse de éste ofreciendo bastante más espacio interior y un sinfín de posibilidades en personalización y lujos para así ocupar el espacio que ahora deja libre el Mulsanne.
Con la desaparición del Mulsanne también diremos adiós al propulsor 6.75 V8 Twin-Turbo, una mecánica con 60 años de vida a sus espaldas y fabricación completamente artesanal. Este motor, que fue el protagonista de nuestra última visita a la fábrica de Bentley, fue estrenado en el Bentley S2 en 1959, evolucionando con el paso del tiempo hasta su actual iteración con 537 CV y 1.100 Nm. Un motor de vieja escuela que pese a sus muchas mejoras, ya no encaja en un mercado volcado con el downsizing y la electrificación. Así, con el Bentley Flying Spur ocupando el lugar del Mulsanne, la oferta mecánica quedará compuesta por motores 4.0 V8 y 6.0 W12 de última generación, además de una futura variante híbrida basada en un 2.9 V6.