El futuro del automóvil pasional no parece el más halagüeño en estos momentos. Sobre coches como los coupés y los cabrios de lujos pende como una espada de Damocles la pujanza de los SUV como símbolo de estatus social, pero sobre todo como vehículo aspiracional. Muchos preferirían un Porsche Cayenne antes que un Porsche 911, y lo mismo ocurre en marcas como Mercedes. Aunque el futuro de coches como el Mercedes Clase S Cabrio es oscuro, la marca de la estrella no puede renunciar a los Mercedes SL en su gama. Unos Mercedes SL cuyo final de ciclo comercial estamos viviendo en estos momentos.
La actual generación del Mercedes SL, cuyo código interno es R231, lleva con nosotros desde el año 2012. En 2016 recibió un completo lavado de cara, en el que se actualizó su imagen y se le dotó de nuevos motores turboalimentados, tanto de seis como de ocho cilindros. Este roadster alemán de techo duro retráctil sigue siendo una máquina elegante y bonita, con pocos rivales directos, pero no podemos obviar el hecho de que acusa una cierta veteranía. Una de las primeras señales de que su fin de producción está cerca es que ya se ha dejado de fabricar su versión AMG de altas prestaciones.
Y con ella, se marca el fin del legendario motor V8 Biturbo de 5,5 litros de Mercedes-AMG, el potente M157, que en el caso de estos AMG descapotables llegó a ofrecernos 585 CV de potencia. Este motor ha sido reemplazado en el resto de coches de la marca por el 4.0 V8 Biturbo que estrenó hace años el Mercedes-AMG GT, un motor mucho más compacto, además de con una mayor densidad energética: pese a tener litro y medio menos de cubicaje, llega a entregar 639 CV en el Mercedes-AMG GT 63 S de cuatro puertas. En su momento, en 2010, fue el reemplazo de los atmosféricos de 6,3 litros y tumultuoso rugido.
Era evidente que a este veterano de nueve años le quedaba poco recorrido. Desde el año pasado había perdido 14 CV de potencia, quedándose en 571 CV, debido a la dotación de filtros de partículas. Es muy posible que no hubiera sido capaz de cumplir los preceptos de la normativa anticontaminación Euro 6D-Temp, al contrario que los nuevos 4.0 V8 Biturbo. Echaremos de menos su personalidad y prestaciones explosivas, además de su monstruoso par motor, de 900 Nm en sus iteraciones más potentes. Este fin de producción de los SL 63 es solo un preludio del fin de producción de los actuales Mercedes SL.
Aunque aún se ofertan en algunos mercados europeos, han desaparecido de la web española de Mercedes-Benz y todo apunta a que serán silenciosamente retirados del resto de mercados. Su sucesor debería llegar al mercado en 2020, y según apuntan fuentes de la industria, estará basado en la plataforma del Mercedes-AMG GT. Conservará su carrocería de cuatro plazas y es posible que su techo duro retráctil, para no colisionar con el posicionamiento más deportivo del AMG GT. Su nueva generación podría ser presentada incluso este mismo año, posiblemente en algún salón del circuito estadounidense.