Daimler necesita recortar sus costes y la Mercedes Clase X será otra víctima en este plan. El escaso éxito comercial de la Clase X ha llevado a Daimler a cancelar el desarrollo de una nueva generación, una decisión que pone punto y final a la aventura de Mercedes entre las pick-up. No habrá segunda oportunidad para la Mercedes Clase X, una pick-up que buscó ofrecer la visión más premium y exclusiva dentro de un mercado en claro auge.
El crecimiento del mercado de las pick-up ha motivado a varias marcas a animarse con el lanzamiento de su propia visión, sin embargo no deja de ser un mercado muy competido y difícil en zonas como Europa. Desde el principio Mercedes planteó la Clase X como algo diferente en su categoría, una pick-up que más allá de una buenas posibilidades como herramienta de trabajo, ofreciese una visión más premium, confortable y exclusiva. Al parecer, no ha funcionado.
La Mercedes Clase X se vende en Europa, Sudáfrica y Australia, tres mercados donde las pick-up gozan de cada vez mayor éxito con unas ventas en claro crecimiento. Sin embargo siempre fue más que cuestionada la decisión de Mercedes de «olvidar» el continente americano teniendo en cuenta que son grandes compradores de este tipo de coches. Especialmente llamativa fue la decisión de no llevar la Clase X a Estados Unidos, un mercado donde pese a que la Clase X ofrece un tamaño «pequeño» para los cánones que allí imperan sí que podría haber aceptado su precio más elevado.
Según la información ofrecida por AutomotiveNews, solo 16.700 unidades de la Clase X se vendieron en todo el mundo en 2018, unas cifras muy por debajo de los objetivos de la marca. Daimler necesita reajustar sus números desde hace meses con un recorte de 6.000 millones de euros, ajuste que ha llevado incluso a plantear el fin de la alianza entre Mercedes y Renault Nissan, además de la venta del 50% de Smart a Geely.
Aunque el desarrollo de la Clase X no ha supuesto un elevado coste dado que se trata de un modelo basado en la Nissan Navara y que comparte costes con la pick-up de Nissan y la Renault Alaskan, la decisión de Mercedes se basaría únicamente en las cifras, buscando deshacerse de los modelos menos rentables de su extensa gama.