Se complica -y mucho- el panorama para los coches eléctricos en nuestro país. La no aprobación del llamado «Decreto Ómnibus» por parte del Gobierno ha provocado un auténtico tsunami a nivel estatal, con importantísimas repercusiones para los compradores de vehículos eléctricos que, desde ya mismo, se quedan sin ningún tipo de ayuda. No es la única ayuda que se ha quedado en suspenso, y la gran pregunta es…¿y ahora, qué?
El coche eléctrico «se queda sin batería» (de momento)
Tal y como explica mi compañero Alex, la no convalidación del decreto ha resultado en la suspensión de programas clave de incentivos para la adquisición de vehículos eléctricos, como el Plan MOVES III. Este plan, que ya fue prorrogado in extremis a finales de 2024, ofrece -ofrecía, más bien- ayudas de hasta 7.000 euros para la compra de vehículos eléctricos, a los que además se podía sumar una deducción del 15% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas para la adquisición de estos vehículos, con un límite de 3.000 euros.
La ausencia de estas ayudas, de la noche a la mañana, supone un durísimo varapalo para un mercado, el español, en el que la cuota del coche eléctrico apenas supera por unas décimas el 5%. Por ponerlo en contexto, en el conjunto del mercado europeo la cuota del coche eléctrico supera el 15%, es decir, tres veces más. A nivel práctico, al menos de momento, tendremos que despedirnos de la posibilidad de adquirir un coche eléctrico pequeño por menos de 20.000 euros o de, por ejemplo, hacerse con un Tesla por poco más de 25.000 euros si sumamos todas las ayuda que estaban disponibles hasta ahora.
El Plan MOVES III no es lo único que decae
La otra gran mala noticia en términos de movilidad tiene que ver con el transporte público, ya que la caída del decreto implica también la eliminación de las bonificaciones y descuentos que estaban vigentes. Por ejemplo, los trenes de Cercanías dejarán de ser gratuitos a partir de hoy mismo, eliminándose también los descuentos en los viajes de autocar o en los trayectos en autobús público, afectando así a millones de usuarios que se han beneficiado durante meses de esta medida.
Ahora la pelota está en el tejado de las autoridades: tanto a nivel estatal, con un Gobierno Central obligado a maniobrar lo más rápido posible para que tanto las ayudas a la movilidad como otras tantas medidas presentes en el decreto vuelvan a estar en vigor, como a nivel autonómico, con varias autonomías anunciando ya que van a mantener, al menos temporalmente, las ayudas al transporte público costeando, de sus propias arcas, el gasto añadido de esta medida.
De cualquier manera, y centrándonos en el mercado del automóvil, este escenario debería también hacernos reflexionar acerca de la importancia de contar con una oferta de vehículos electrificados lo suficientemente amplia y competente tanto a nivel técnico como a nivel de precios como para no depender de ningún tipo de impulso externo, algo que, a día de hoy, no se cumple en nuestro país.