No va más, la producción del Jaguar F-Type ha llegado a su fin y por lo tanto la firma inglesa cierra su último capítulo en materia de deportivos. Heredero espiritual del icónico E-Type, el Jaguar F-Type ha supuesto para la marca volver a codearse con coches como el Porsche 911, pero apostando por una receta repleta de diseño y personalidad que le han permitido diferenciarse claramente del nueveonce, pero también de todos los rivales que ha conocido en estos 11 años en producción. Sin embargo toda historia tiene un final y por eso nos preguntamos: ¿Y ahora qué?
El Jaguar F-Type se despide sin relevo a la vista
Fue en 2013 cuando el Jaguar F-Type comenzó su producción como parte del plan de Jaguar (ya en manos de Tata) para renovar por completo a la marca. El deportivo nacía como escaparate de los valores de la firma en tanto a diseño, identidad y prestaciones, buscando además consolidar el posicionamiento de Jaguar dentro del segmento premium al apuntar directamente a coches como el ya mencionado Porsche 911.
Jaguar F-Type
Con un diseño obra de Ian Callum, lo cierto es que el Jaguar F-Type ha conseguido mantenerse todo este tiempo como un referente a nivel estilístico, siendo actualizado a finales de 2019, aunque sin alterar un ápice su receta.
Disponible a lo largo de su vida con motores 2.0 Turbo, 3.0 V6 Supercharged y 5.0 V8 Supercharged, si por algo será recorgado el F-Type además de por su diseño, es por el carácter y sonido de sus motores, especialmente en las versiones sobrealimentadas V6, y aún más V8, algo de lo que dimos cuenta en nuestra última prueba con el F-Type que te hemos dejado sobre estas líneas.
Disponible para su compra hasta principios de 2025, Jaguar ha fabricado un total de 87.731 unidades del F-Type en estos 11 años de producción en la factoría de Castle Bromwich, apenas 15.000 unidades más que el E-Type, del que se ensamblaron 75.528 coches. Las dos últimas unidades producidas, en versiones coupé y descapotable junto al motor 5.0 V8 de 575 CV, tendrá como destino la fundación Jaguar Daimler Heritage Trust, lugar donde compartirán espacio con el E-Type, además de muchos otros clásicos del fabricante inglés.
Quizá el aspecto más melancólico detrás de este punto y final del F-Type, está en el hecho de que Jaguar no sólo se despide de su coche más deportivo, sino que lo hace sin intención alguna de reeditar esta receta, al menos a corto y medio plazo dada la transformación y total electrificación a la que se enfrentará su gama en los próximos años y al reposicionamiento de la firma buscando convertirse en una marca de coches de lujo a la altura de fabricantes como Bentley.
A ello añadimos que, con el adiós del F-Type, también se despide el que podemos considerar como su último coche libre de electrificación, además del V8 que tantas alegrías ha dado a Jaguar y Land Rover en términos de rendimiento, sensaciones y sonido… pues el final definitivo de este ocho cilindros está cada vez más cerca y tampoco tendrá reemplazo.