El Salón de Ginebra ha muerto. ¡Larga vida al Salón de Ginebra! En un escueto comunicado de prensa, la sociedad organizadora del salón, el «Comité permanent duSalon international de l’automobile», ha anunciado que el Salón de Ginebra no volverá a celebrarse. Su edición de 2024, su edición de centenario, organizada tras cuatro años de ausencia a causa de la pandemia, será la última que se celebre. Al menos en Suiza y en su formato tradicional. La denominación Geneva International Motor Show (GIMS) seguirá probando suerte fuera de Europa.
La breve y concisa nota de prensa afirma que la sociedad organizadora ha decidido no volver a organizar la muestra suiza a causa de «la incertidumbre que rodea la industria del automóvil actualmente», y «el atractivo reducido de los principales salones europeos». Los organizadores reconocen que el Salón de Ginebra de 2024 fue un intento fallido de relanzamiento, con una escasa afluencia de fabricantes de coches. Solo Renault y Dacia acudieron a Palexpo en nombre de la industria europea, acompañadas de BYD y MG como representantes chinas.
Cuatro grandes marcas, un puñado de preparadores y unas pocas asociaciones son la prueba fehaciente de que el Salón de Ginebra de este año fue una sombra de lo que ha sido históricamente. De hecho, en su comunicado, sus organizadores lamentan que el «favoritismo» de la industria del automóvil local por los salones de París y Munich ha sido un duro golpe para Ginebra. Es innegable que la ausencia de cuatro años en el circuito internacional, a causa de la pandemia del coronavirus también ha contribuido al fin del salón.
Pero también es innegable que el formato tradicional de «salón del automóvil» llevaba ya años mostrando claras señales de agotamiento. Los enormes costes asociados a participar en un salón como Ginebra ya habían motivado que algunos fabricantes de coches pasaran a presentar sus vehículos en eventos a medida. La pandemia – con sus presentaciones online – y los cambios en la tendencia de consumo de contenidos e información han sido la estocada final de uno de los salones más reconocidos e icónicos de todos los tiempos.
Personalmente, el final del Salón de Ginebra me da mucha pena. Es un salón al que le tengo muchísimo cariño: pude visitar Palexpo en tres ocasiones (2010, 2017 y 2024), siendo la primera de ellas la que recuerdo con más nostalgia, quizá por ser entonces un primerizo de apenas 20 años en esto del periodismo del motor. Las mañanas del salón estaban cargadas de magnetismo, de expectación y de pasión por el motor. Eran días duros tras el teclado, por el aluvión de novedades, pero eran días especiales en los que el motor pasaba al primer plano.
Ginebra no volverá, y con el final del salón siento que muere otro pedacito de la identidad de la industria del automóvil. Sea como fuere, siempre estará muy vivo en nuestros recuerdos.
El futuro es Qatar
Aunque el Salón de Ginebra abandone Europa, se celebrará de nuevo en Qatar, el petroestado del Golfo Pérsico. Tras haberse celebrado en Qatar en 2023, volverá a celebrarse en noviembre de 2025. Deseamos al GIMS todo el éxito posible, pero sugerimos un cambio de denominación comercial: se seguirá llamando «Salón de Ginebra», aunque se celebre en un lugar cuyos vínculos con Suiza posiblemente solo sean las fortunas de orígenes dudosos y el secreto bancario.
