En Diariomotor nos encantan los coches clásicos. Nos encanta su tacto, nos encantan sus peculiaridades, sus olores… pero no nos encanta tanto su mantenimiento o sus averías, que pueden ser frecuentes. La lógica tras un restomod es conservar el tacto y el diseño de un coche clásico, pero con una mecánica y tren de rodaje modernizados, más seguros, fiables y de mejores prestaciones. El siguiente nivel de los restomods es la electrificación de clásicos, y creedme, pocos lo hacen mejor que los estadounidenses de Zero Labs con el Ford Bronco clásico.
Un nuevo Ford Bronco está a punto de ser presentado. Será un todoterreno con todas las de la ley, como en su momento, lo era su primera generación. Sin embargo, era un coche también orientado a un uso en carretera y urbano, siendo uno de los precursores primigenios de los SUV actuales. Hace algo menos de un año, Zero Labs nos presentó su reinterpretación del Bronco, en clave 100% eléctrica. El punto de partida es una buena unidad de la primera generación, que es desmontada al completo, y de la que se conserva poco más que su carrocería y el chasis.
Ford Bronco
Sobre su chasis se instala una batería de 70 kWh de capacidad, asociada a un motor eléctrico BorgWarner de 330 CV de potencia. Sobre el papel, con este propulsor y esta batería es capaz de una autonomía de unos 300 km según el ciclo EPA estadounidense. El motor activa normalmente el tren trasero, pero este Bronco cuenta con un sistema conectable de tracción total, por lo que puede salir con garantías del asfalto. De hecho, usa ejes rígidos con diferenciales Currie, en los que sería sencillo y asequible – en términos relativos – instalar un bloqueo ARB.
Otro detalle muy curioso es que este eléctrico tiene una caja de cambios manual de cinco relaciones con reductora. Sí, es posible construir coches eléctricos con un cambio manual. Su suspensión está firmada por Fox Racing y es ajustable en dureza, permitiendo combinar un buen rendimiento fuera y dentro del asfalto. En un futuro, Zero Labs lanzará una versión de su Bronco con una plataforma ad-hoc, hasta dos motores con 600 CV, suspensión independiente e incluso con la posibilidad de equipar una carrocería construida en fibra de carbono.
Su interior es, de nuevo, una obra de arte. Aunque se respeta el diseño original, muchos paneles han sido reconstruidos usando bambú, cuero vegano y madera natural de nogal. Todos los mandos, todas las palancas, han sido meticulosamente remozadas, dándole al coche un fantástico aspecto neoclásico. Pese a ser un coche eléctrico de alta tecnología, la instrumentación digital imita el aspecto de una analógica. Si piensas que todo esto debe ser muy caro… estás en lo cierto. Su versión 2.0 con suspensión independiente arrancará en 185.000 dólares, sin incluir el coche de partida.
Esto es, si mantenemos su carrocería original de acero. Si queremos una carrocería de fibra de carbono, se nos irá a la friolera de 240.000 dólares.