Puede que a los utilitarios «de toda la vida» no les quede demasiado tiempo. La electrificación y las normativas ambientales encarecen el precio de los coches más baratos, que terminan desapareciendo en favor de una marea casi infinita de anodinos SUV y crossover. Hasta que ese escenario se consolide al completo, seguiremos pudiendo comprar coches como el Ford Fiesta. El Ford Fiesta de octava generación acaba de recibir su lavado de cara, y en este artículo vamos a conocer todos sus cambios, y cómo lo posicionan frente a sus rivales más directos.
1) Una estética renovada, ¿pero mejorada?
El primer cambio relevante en el lavado de cara del Fiesta es una estética renovada. Los cambios más importantes tienen lugar en el frontal. El emblema de la marca se desplaza al interior de la calandra, y la calandra crece en dimensiones. Además, su interior, el patrón de su rejilla, cambia de forma considerable: en las versiones Active tiene barras verticales, en las ST-Line un patrón tipo nido de abeja, y en los ST, un patrón específico de tonos grises. La calandra está acompañada de un nuevo paragolpes delantero, además de la supresión de los antiniebla.
Ford Fiesta
El paragolpes tiene unos módulos laterales de dimensiones generosas y una parte inferior más ancha. ¿Por qué desaparecen los antiniebla de los Ford Fiesta? Porque su función es asumida por unos nuevos faros LED, más avanzados y con una nueva firma diurna. En la zaga no hay cambios, más allá de un ligero ahumado de los pilotos traseros LED. Se siguen manteniendo las versiones Trend, Titanium, ST-Line, Active y ST, contando estas últimas con un nuevo color exclusivo: el mismo Mean Green, tan llamativo, que estrenaron hace unos meses los Ford Puma ST.
2) Instrumentación digital y más ayudas a la conducción
El mayor cambio de su interior es la llegada al Fiesta de una instrumentación digital de 12,3″. Este clúster ya lo hemos podido ver y tocar en el Ford Puma, reemplazando a una instrumentación analógica de aspecto quizá demasiado discreto. Es un buen panel digital, pero no puede mostrar el mapa del navegador en su pantalla y sus posibilidades de personalización son muy modestas. Ford ha mantenido el sistema de infotainment SYNC3, con pantalla de 8 pulgadas. El coche es accesible desde la app Ford Pass, que nos permite localizarlo e incluso desbloquearlo desde nuestro móvil.
Esta conexión del coche a internet también nos permite recibir alertas de tráfico en tiempo real, entre otros servicios conectados. En lo tocante a ayudas a la conducción y asistencias al pilotaje, contamos con un control de crucero adaptativo con función stop & go – arrancará por sí mismo tras habernos detenido a causa del tráfico – asistencias útiles como un sistema de aparcamiento automático, o sistemas como el Rear Occupant Alert, que nos avisará si nos vamos del coche y dejamos a un niño, mascota o ocupante en el asiento trasero.
3) Motores casi exclusivamente híbridos, y sin diésel
La mala noticia es que el Ford Fiesta ha abandonado las mecánicas diésel para siempre – de ventas muy marginales en el segmento B a día de hoy – pero la buena noticia es que su gama de motores de gasolina está intensamente electrificada. Esto no es una novedad con respecto al Ford Fiesta que ya conocíamos, pero conviene hacer un repaso al respecto. La gama de motores arranca con un 1.0 EcoBoost de 100 CV sin hibridación, y se complementa con dos 1.0 EcoBoost Hybrid, semi-híbridos de 125 CV y 155 CV, con sistema eléctrico de 48 voltios.
Estos dos motores están asociados a cajas de cambios manuales de seis relaciones, estando disponible el de 125 CV con un cambio automático de doble embrague y siete relaciones. Por el momento, no se han anunciado motores más básicos sin turboalimentación. Estos EcoBoost destacan por un consumo muy aquilatado: en el caso del EcoBoost Hybrid de 125 CV, hablamos de un consumo medio WLTP de 4,9 l/100 km. Entre otras cosas, es posible gracias al funcionamiento extendido del start & stop, así como el apoyo puntual del motor eléctrico BISG – generador/alternador.
4) Más chicha para el Ford Fiesta ST
Me reconforta que Ford siga ofreciendo una versión ST del Fiesta en vísperas del año 2022. Para mí, sigue siendo la referencia indiscutible del malherido segmento de los utilitarios deportivos. El Fiesta ST sigue presumiendo de un explosivo 1.5 EcoBoost tricilíndrico de 200 CV, asociado exclusivamente a una caja de cambios manual de seis relaciones. La noticia es que el motor pasa a incorporar las mejoras estrenadas en el Ford Puma ST, aumentando su par motor de los 290 Nm previos a unos tremendos 320 Nm, disponibles entre las 1.600 y las 4.000 rpm.
Por supuesto, sigue estando disponible con el Pack Performance, que incluye un diferencial autoblocante mecánico suministrado por Quaife. Antes de irme, quiero recordaros que el Ford Fiesta ST seguirá estando disponible con carrocería de tres puertas – una carrocería casi proscrita (tristemente) a día de hoy.