El nuevo Ford Fiesta ST-Line ofrece una estética muy deportiva, viene a tope de equipamiento, y ofrece un motor EcoBoost de hasta 140 cv de gasolina que acabamos de probar, y se acerca razonablemente al auténtico Ford Fiesta ST. La pregunta es ¿vale la pena ir a por el modelo más radical, con 200cv?
En el momento de escribir estas líneas el Ford Fiesta ST todavía no ha salido a la venta, pero muchos estarán esperando su llegada para hacerse con un ejemplar del que previsiblemente será el uno de los mejores utilitarios deportivos del mercado, como parece indicar la brillantez de su antecesor.
Ford Fiesta
Para responder a este dilema, tras probar precisamente el ST-Line de 140 cv, cabría dividir al público deseoso de un Fiesta ST en dos grupos: quienes buscan un coche de estética y tacto deportivo, con buenas prestaciones pero práctico y sensato y quienes buscan un misil tierra-tierra con auténtico sabor racing, con todas las limitaciones que ello implica.
Para el primer grupo, la decisión no admitiría dudas: el acabado ST-Line ofrece unas prestaciones sobresalientes con su tricilíndrico de 140 cv (0-100 km/h en 9,0 s y velocidad máxima de 202 km/h). El consumo medio homologado se queda en unos modestos 4,5 l/100km, si bien en uso real y a la luz de los consumos observados en nuestra breve prueba se irían entre dos y tres litros más arriba.
Puesto que el equipamiento es prácticamente el mismo, la estética también y las prestaciones son francamente buenas, la versión ST-Line podría dejar más que satisfecho a cualquier usuario que pretenda introducir en su compra algo de racionalidad. Aparte de un precio que debería ser varios miles de euros inferior (pendiente de confirmar el precio del ST), nos encontraremos con una suspensión firme pero confortable y un nivel de sonoridad contenido que hará las delicias de los más viajeros.
En cuanto a las sensaciones al volante, el motor empuja desde muy abajo con ganas y mantiene un carácter vigoroso hasta el corte de inyección acompañado de un sonido amortiguado pero agradable. No es un coche de carreras, pero no decepciona en absoluto.
Por otro lado, los que quieran un misil tierra-tierra, un auténtico deportivo de raza nacido por y para la diversión al volante con pequeñas concesiones al confort, con un sonido mucho más atronador y una suspensión menos confortable en beneficio del control de masas, obviamente tendrán que esperar por el Fiesta ST de 200 cv que en breve saldrá a la venta.
Con un tiempo de 0-100 km/h en 6,7 segundos y tres modos de conducción (Normal, Sport y Track) que actúan sobre el motor, la dirección, los controles de estabilidad y el sonido del escape, está claro que esta versión está llamada a despertar sensaciones mucho más intensas a su conductor.
Dicho esto, para el día a día y teniendo en cuenta los estrictos límites de velocidad y el número limitado de puntos del carné de conducir, creo que el Fiesta ST podría encuadrarse en el terreno de los coches de capricho, mientras que el ST-Line sería un coche «totalmente justificable».
Pasión frente a razón, una vez más.