En los tiempos que corren, cuando los coches eléctricos son el pan nuestro de cada día, a uno ya le da miedo que las marcas de automóviles tradicionales presenten ediciones especiales de sus modelos más pasionales. El último ejemplo lo acaba de protagonizar Ford con el lanzamiento del Focus ST Edition que esperemos que no sea una despedida para uno de los últimos «hot-hatch» que restan en el mercado tras el adiós del Renault Megane R.S. y el cese de producción de los Hyundai i20 N e i30 N.
Ford Focus ST Edition: suspensión roscada y llantas forjadas para los más apasionados
En esencia, el Ford Focus ST Edition es un Focus ST con algunas mejoras de chasis y una pintura de carrocería específica, llamada Azura Blue, usada en exclusiva por productos de Ford Performance. También tiene más equipamiento de serie, tanto en términos de seguridad como de confort, que el modelo convencional. Por ejemplo, lleva instalado el paquete de asistencia al conductor con ayudas ampliadas, el sistema de sonido de 675 W con 10 altavoces firmado por B&O o un volante y un parabrisas calefactados.
Ford Focus ST
Sobre sus nuevos y mejores componentes respecto a los del Focus ST normal, se añade suspensión de cuerpo roscado y llantas forjadas aligeradas de 19″. En el primer caso, la dinámica queda perfeccionada gracias a amortiguadores KW de doble tubo regulables tanto en extensión (16 posiciones) como en compresión (12), así como muelles un 50% más rígidos y 10 mm más cortos, pero esto también se puede configurar en un margen de unos 40 mm. En el segundo caso, se reduce la masa no suspendida hasta en un 10%.
Un capricho muy caro, aunque con 280 CV
Ford pide por el Focus ST Edition un mínimo de 51.000 euros, que son casi 7.500 más que el «hot-hatch» de la marca norteamericana sin aditivos. A cambio de esa cantidad de dinero, sólo apta para los clientes más caprichosos y devotos de la firma del óvalo, se recibe el mismo motor, la misma transmisión, el mismo tipo de tracción y las mismas prestaciones longitudinales, pero un comportamiento notablemente optimizado para un coche apto para circular por la calle.
Concretamente, hablamos de un propulsor de gasolina con 4 cilindros, 2,3 l de cubicaje y turboalimentación que desarrolla un máximo de 280 CV y que se asocia a una caja de cambio manual de 6 relaciones que envía todo el esfuerzo al eje delantero. Sus 420 Nm le permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 5,7 s y alcanzar una velocidad de 250 km/h. A la hora de detenerse o aminorar la marcha, se hace uso de unos frenos creados por el especialista italiano Brembo.