Ford intentó evitar como fuese someter al Ford Mustang a las pruebas de choque, que tan desastroso resultado tuvieron para el deportivo estadounidense. Eso es lo que asegura ANCAP, el homólogo australiano de Euro NCAP, la institución que se dedica a analizar la seguridad de los coches que se venden en el país oceánico. Según informa Car Advice, ANCAP se vio obligada a analizar el Ford Mustang pero se topó con ciertos escollos por parte de la marca del óvalo azul. Pero, ¿por qué se decidió probar el Mustang tan tarde, meses después de su lanzamiento, y no antes?
La pregunta anterior encuentra su respuesta en el éxito que está cosechando el Mustang en diversos mercados de todo el mundo, entre ellos Australia. En un principio, los modelos de bajo volumen de ventas como los deportivos no son prioritarios para organismos como ANCAP y Euro NCAP pues lo más importante es analizar los coches nuevos con alta presencia en las carreteras. Quizá suponiendo que no someterían el Mustang a pruebas de choque fuera de Estados Unidos, Ford no realizó ningún cambio en el diseño ni en los sistemas de seguridad en la versión europea -o australiana- de su deportivo.
Ford Mustang
Sin embargo, el Mustang vendió durante el año pasado 6208 unidades en Australia, suficientes para llamar la atención de ANCAP y que esta se decidiera a analizar cuán seguro era el modelo. Pero desde la institución tuvieron algunos problemas para conseguir unidades del pony car norteamericano…
En las pruebas de choque los coches son proporcionados en algunos casos por los propios fabricantes; en otras ocasiones, los gastos se comparten entre el fabricante y Euro NCAP (o ANCAP). En última instancia, si la marca decide no colaborar, el organismo competente decide comprar varias unidades de forma anónima del modelo en cuestión. Normalmente los coches que se somenten a las pruebas NCAP lo hacen poco antes de salir a la venta: que un determinado coche tenga buena puntuación de seguridad es, además de positivo per se, un buen recurso de márketing de cara al cliente. Entonces, ¿por qué el Ford Mustang se ha analizado tan tarde, si se lanzó hace ya más de un año?
La respuesta está en que nada de lo anterior funcionó en Australia con el Ford Mustang: la marca no colaboró proporcionando los coches y, cuando ANCAP decidió comprarlos, se topó con una larguísima lista de espera que pospondría los tests a una fecha ya carente de sentido, pues estaría a la venta el Ford Mustang MY2018. De hecho, según el CEO de ANCAP, James Goodwin, tras el primer rechazo de Ford, desde ANCAP volvieron a intentar conseguir Mustangs varias veces a lo largo del año pasado debido a la cada vez mayor demanda del modelo. Pero la marca estadounidense siguió dando largas…
El propósito de Ford era, precisamente, intentar alargar la espera hasta que estuviera a la venta el nuevo Mustang y analizar este que, en contraposición al testado por Euro NCAP, añade más sistemas de seguridad. La solución de ANCAP fue pedirle a su homólogo europeo que realizase las pruebas de seguridad en nuestro continente. El resultado, aunque tarde, ha llegado: unas pobres dos estrellas de cinco posibles, con un paupérrimo 16/100 en sistemas de seguridad (no equipa, por ejemplo, asistente de frenada automática) o un exiguo 32/100 en protección a niños. Decentes pero no brillantes han sido las puntuaciones en cuanto a protección a adultos (72/100) y a peatones en caso de atropello (64/100). Unas calificaciones sobre las que Goodwin se pronunció alegando que «esperaban algo mejor» de un coche «nuevo, bastante vendido, y que no es barato».
Ha sido la primera vez que ambos organismos han colaborado de esta forma y, aunque los parámetros no son totalmente idénticos, sí son parecidos; de hecho, a partir de enero del próximo 2018 en Australia adoptarán el criterio de pruebas de Euro NCAP para estandarizar los tests.
Vía Car Advice
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