De cara a los próximos años, si los fabricantes no cumplen los objetivos marcados en materia de emisiones por los coches que fabrican, recibirán multas importantes. Hemos visto ejemplos de ello y cómo está repercutiendo en la aparición de más coches eléctricos y la limitación de la producción de coches de combustión. Pero aún así, algunos se ven en situaciones apuradas.
Los clientes de Ford no compran los eléctricos que la marca querría de cara a 2025
Es el caso de Ford en Reino Unido, el que ha sido su feudo tradicional en Europa con una gran tradición que se remonta a tiempos de los Anglia, Cortina y Escort, considerados tesoros nacionales. Tras acabar con coches tan queridos como el Mondeo, el Fiesta y, para finales de 2025, el Focus, están llegando coches eléctricos como el Explorer o el Capri. ¿El problema? Como ocurre en el resto de Europa, la demanda de los mismos.
Ford Explorer
Esto ocurre pese a que Reino Unido es de los pocos países donde la tendencia está ahora mismo al alza, siendo el segundo país del continente en lo que respecta a cuota de vehículos electrificados con un 25,3%, por delante de Francia y sólo por detrás del 30,4% de Portugal (Anfac). De no llegar a tiempo, se enfrentarían a multas de 15.000 libras (17.830 €) por cada coche fabricado, aunque pueden evitarlo mediante un programa de comercio de créditos.
En Reino Unido se impuso que, para 2025, un 22% de la venta de coches de cada fabricante fuera de eléctricos y un 10% de sus furgonetas. Sin embargo, de las ventas de Ford el pasado mes de agosto, según Dataforce, sólo el 4,6% eran eléctricos. Hay que tener en cuenta que aún no han empezado a llegar a las calles del todo ni la nueva Ford Explorer EV ni, por supuesto, el recientemente desvelado Capri.
«La demanda del cliente no está ahí, necesitamos hacer algo para generar esa demanda. Queremos empezar de cero en 2026 para que podamos coger impulso de cara a los objetivos de 2030», declaró Lisa Brankin, directora gerente de Ford en Reino Unido. Es por ello que están pidiendo al gobierno británico que hagan la regulación más laxa (Automotive News Europe).
Ford no es la única que vota por una normativa más laxa en Reino Unido
El otro problema reside precisamente en 2030 – con el objetivo de que el 80% de las ventas sean de vehículos eléctricos así como el 70% de las ventas de furgonetas. Algo que ven complicado desde Ford si además los incentivos para comprar coches eléctricos no se mantienen, pues se acabarían el año que viene (algo similar al Plan Moves III en España). Al mismo tiempo, Ford estaría más expuesto al auge de los coches chinos ya que, al no estar Reino Unido en la Unión Europea, no habría (de momento) aranceles como parece que sucederá en el resto de Europa.
Ford no es la única marca que ha realizado comentarios con respecto a la legislación británica y sus objetivos de descarbonización – pese a que la anterior administración de Sunak retrasó la prohibición de coches de combustión a 2035. El CEO de Stellantis Carlos Tavares afirmó que «eran algo terrible para el Reino Unido» a principios de este año, llegando a amenazar con el cierre de sus fábricas de furgonetas si esos objetivos no se relajan (Automotive News Europe).