Ford acaba de presentar uno de los planes estratégicos más ambiciosos de su historia más reciente. Y su objetivo no es otro que romper las barreras que a menudo se forman en uno de los fabricantes más grandes del mundo, con una gama compleja, que busca ser más competitivo y, sobre todo, responder con mayor rapidez y efectividad a los retos que plantea el futuro. De un vistazo a su plan ya podemos asegurar que en el futuro Ford tendrá menos turismos, y una gama más sencilla, pero habrá más SUV, y que su inversión en tecnologías como la combustión interna se reducirá para potenciar la electrificación, o el coche conectado. ¿Pero cómo se llevarán a cabo todos estos cambios?
El proyecto de Ford, y los cambios planteados, comienza desde el mismo instante en que se desarrolla un automóvil. Ford espera que con las nuevas tecnologías, o la reducción de prototipos, el proceso de desarrollo se acorte en el tiempo un 20%.
La reducción de costes, y la reubicación de algunas inversiones, servirá para potenciar el desarrollo de eléctricos y coches conectados. La nueva generación de Ford Focus para Estados Unidos, por ejemplo, se fabricará en China. Se potenciará aún más el enfoque global de sus productos y centrarán las inversiones en aquellos que sean más rentables, y en los mercados con mayor margen de crecimiento.
Ford quiere una gama más sencilla
La cantidad de opciones disponibles para un mismo modelo son un problema que reduce su rentabilidad. Ford mencionaba un ejemplo muy claro, el del Ford Fusion – el Ford Mondeo para Estados Unidos. Actualmente el Ford Fusion puede configurarse en 35.000 combinaciones diferentes. Su sucesor verá reducidas estas combinaciones a tan solo 96. No se detalla lo que sucederá con sus productos más importantes en Europa, pero caben mencionar casos especialmente curiosos, como el del Ford Fiesta, que en su última generación contaría con versiones tan variopintas como un Active, de aspecto crossover; un Vignale, de enfoque lujoso; y un ST, su versión deportiva.
Ford anuncia que también habrá recortes en su gama de turismos. El objetivo será invertir en menos turismos e invertir más en vehículos de tipo SUV y todocamino, como el nuevo Ford Bronco.
Habrá que estar muy atentos a lo que suceda en los próximos años, porque en su búsqueda de la máxima rentabilidad, la reducción de costes, inversiones y gama podría afectar sobre todo a mercados como el europeo.
Menos inversiones en combustión interna y más en coche eléctrico
Conscientes de que, según sus previsiones, en el año 2030 el mercado podría estar repartido a partes iguales entre el grupo de los eléctricos y los enchufables, el grupo de los híbridos, y el grupo de los turismos de combustión interna, Ford también anuncia que reducirán sus inversiones en la combustión interna un tercio, para invertir esa parte en el desarrollo de eléctricos.
También se acelerará la implantación del coche conectado y el desarrollo de tecnologías como el coche autónomo. Ford anuncia que todos los vehículos nuevos que vendan en 2019 en Estados Unidos estarán conectados y que, en 2020, el 90% de sus ventas mundiales serán de coches conectados.
Los movimientos que llevarán a los objetivos expresados en este plan probablemente los vayamos conociendo en los próximos meses.
