Son una especie prácticamente inexistente a día de hoy, pero lo cierto es que antaño cualquier persona en España podía valorar la compra de un coche deportivo sin temor a estar cometiendo una irracionalidad. Los deportivos accesibles son cosa del pasado, y el Ford Puma, lanzado en España en 1998, es uno de los modelos que mejor muestra el ya extinto concepto de deportivo para las masas.
Claves del Ford Puma de 1998
- El Ford Puma actual es un SUV del segmento B
- El Ford Puma clásico, en su versión con motor de 1,7 litros, Ford delegó su diseño a Yamaha
- Se puede encontrar ejemplares desde unos 2.000 euros actualmente
- Las mejores unidades irán no sólo manteniendo, sino elevando paulatinamente su valor con el paso de los años
Se trata de un coche de dimensiones sumamente compactas para los estándares actuales. Medía sólo 1,35 metros de alto y sus 3,98 metros de longitud podían hacerlo parecer largo para época, pero lo cierto es que bajo la carrocería del Puma se escondían las entrañas y estructura que daban forma al Fiesta de la época, un modelo que Ford usó como base para desarrollar este pequeño deportivo.
Ford Puma
No sólo resultaba deportivo en el plano estético, sino que el el desarrollo del Puma se dio una prioridad total al comportamiento: no era un coche de grandes prestaciones pero sí ofrecía sensaciones basadas en una dinámica excelente y un motor con brío al que le gustaba (y había que) revolucionar.
Hubo un total de tres motores a lo largo de la vida comercial del Puma, que fue desde 1998 hasta principios de 2002, cuando apenas tenía relevancia en términos de matriculaciones. Los tres propulsores fueron gasolina y tenían capacidades de 1,4, 1,6 y 1,7 litros con potencias de 90, 101 y 125 CV, respectivamente. De todos ellos el más fiable y recomendable será el último, que además de mayor potencia tampoco homologaba un consumo significativamente superior sobre los otros dos.
Ficha técnica | Ford Puma 1.7 |
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Longitud | 3.984 mm. |
Anchura | 1.674 mm. |
Altura | 1.345 mm. |
Batalla | 2.446 mm. |
Peso | 1.040 kg. |
Volumen del maletero | 240 l. |
Tipo de motor | Gasolina, 4 cilindros en línea |
Capacidad del motor | 1.679 cm³ |
Potencia máxima | 125 CV / 92 kW |
Par máximo | 157 Nm |
Tipo de cambio | Manual |
Número de marchas | 5 |
Consumo medio homologado | 7,4 l/100 km |
Velocidad máxima | 203 km/h |
Aceleración de 0 a 100 | 9,2 s |
Este propulsor es muy particular por la manera en la que fue desarrollado, ya que al contrario de lo que era habitual para Ford por la época, recurrió a Yamaha para desarrollar, sobre la base de uno de sus motores de gasolina fabricados en Valencia, exclusivamente este propulsor para el Puma, con un nuevo diseño de culata, con el que lograr un motor con más brío y potencia.
Aunque técnicamente estaba basado sobre un Ford Fiesta, el Puma no tomó ningún guarnecido interior del habitáculo del superventas americano, sino que en su lugar tuvo que compartir salpicadero y demás elementos con un modelo tan barato como el Ford Ka. Resultó, y sigue resultando por ello, un coche de corte sencillo en interior.
En este sentido, Ford prefirió invertir en los campos que más podía valorar un potencial comprador que andaba inmerso en la búsqueda de un pequeño deportivo: una postura de conducción acertada, asientos de relativo alto agarre lateral (al menos para los estándares de la época) y una caja de cambios de buen tacto y relaciones cerradas.
De serie contaba con sistema de frenos ABS, control de tracción, airbags delanteros frontales, elevalunas eléctricos, aire acondicionado y cierre centralizado a distancia. Es decir, lo que solía anunciarse antaño como ‘full equipe’.
El Ford Puma 1.7 tenía un precio de partida de 18.331 euros (según km77) y se vendió en buenas cantidades en España, y por ello realmente no es difícil dar con una buena unidad en España, aunque a decir verdad aquellas que equipan el propulsor de 1,7 litros son las menos habituales. Aun así, dado que es un modelo que suele pasar desapercibido incluso para los aficionados al motor, será relativamente fácil encontrar con una unidad de precio bajo y estado relativamente bueno. Más aún si se busca con la debida paciencia: no es un modelo que suela estar en el radar de nadie.
El que escribe estas líneas lleva tiempo controlando las unidades que salen a la venta, y en alguna ocasión ha llegado aparecer alguna con menos de 100.000 kilómetros en el odómetro por aproximadamente 3.000 euros de precio. Lo habitual será que ronden entre 100.000 y 200.000 kilómetros, con las más baratas superando holgadamente la segunda cota.