Superformance – qué complicado es no llamarles «Superperformance» – es una empresa estadounidense cuyo principal negocio es construir versiones modernas de los Shelby Cobra y Cobra Daytona. Tienen la autorización oficial de Ford y Shelby para hacerlo, y llevan años construyendo productos de gran calidad y alto precio. No son un fabricante cualquiera de réplicas o kit-car chapuceros, en definitiva. Hace apenas unos días, el CEO de Superformance, Lance Stander, anunció en el Petersen Museum de Los Angeles que Ford finalmente había autorizado a su empresa a llevar a las calles un prototipo muy especial.
Este prototipo no es otro coche que el mítico Shelby GR-1, un coche que fue presentado por Ford en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach en el año 2004. Por aquél entonces, los de Detroit estaban inmersos en el desarrollo y lanzamiento del Ford GT, y el Shleby GR-1 simplemente se quedó en el tintero. En cierto modo, este prototipo llevaba al siglo XXI el espíritu de los fantásticos Shelby Cobra Daytona con carrocería coupé. El GR-1 era un producto diseñado como posible rival del Dodge Viper, ya que en su interior latía un motor atmosférico de nada menos que diez cilindros.
El Shelby GR-1 tenía un motor 6.4 V10 de aluminio, capaz de desarrollar 605 CV de potencia, transmitidos al suelo a través de una caja de cambios manual de seis relaciones. Superformance colaborará con Shelby American en su desarrollo y producción, que limitarán por el momento a 200 unidades. En los planes de Lance Stander hay aún muchas incógnitas, como qué motor usará este deportivo de altos vuelos. Algunos abogan por usar un 6.8 V10 de origen Ford – que actualmente encontramos en algunos de sus grandes vehículos comerciales – con grandes modificaciones prestacionales.
Otros abogan por un nuevo desarrollo, mientras que otras teorías apuntan al uso de un motor V8 sobrealimentado por compresor. Lo que sí está claro es que habrá una versión 100% eléctrica del Shelby GR-1. Al parecer, el propio Carroll Shelby estuvo valorando el uso de motores eléctricos como forma de mejorar las prestaciones de sus últimos proyectos. Un eléctrico puro tiene mucho sentido hoy en día, y desde luego no haría retorcerse en su tumba al innovador texano. Las primeras 200 unidades serán construidas en aluminio, pero las subsecuentes tendrán carrocerías de fibra de carbono.
No muchos detalles más han transcendido, más allá de cómo Ford llegó a licenciar y autorizar su producción a un tercero. Al parecer, Superformance llevaba más de seis años pidiendo a Ford de forma infructuosa que les autorizara a construir el GR-1. Finalmente, consiguieron tocar la puerta adecuada en el departamento de diseño de Ford of Europe, y en cuestión de meses el coche estaba licenciado. Para Superformance tener el beneplácito de Ford era vital, ya que no querían construir un kit-car o una réplica del Shelby GR-1, querían tener todo el apoyo del fabricante original del coche.
Fuente: Petrolicious
