La prohibición de la venta de coches diésel y gasolina se convirtió, sin duda, en uno de los planes más controvertidos de la última legislatura. Recordemos que el Gobierno de Pedro Sánchez se había propuesto incluir esta medida en su Ley de Cambio Climático y Transición Energética. La controversia que despertó esta ley, sobre todo por el apartado que situaba en 2040 la prohibición de la venta de coches con motor de combustión interna, y las fricciones que se generaron con la industria, y los compradores, así como la convocatoria de elecciones, pararon la aprobación de una ley que muy probablemente se retomará pronto. Mientras tanto, Francia ya ha anunciado el fin de las ventas de coches diésel y gasolina en 2040.
Francia pone fecha al fin del diésel y la gasolina
2040 es el horizonte que ha fijado el Ejecutivo francés para prohibir la venta de diésel y gasolina, de vehículos con motor de combustión interna. El objetivo de Francia pasa por alcanzar la neutralidad en carbono, llegando a objetivos intermedios, como el de reducir sus emisiones de CO2 en un 37,5% en 2030.
La Ley de Movilidades aprobada en Francia también propone otras medidas de gran calado, como la de dotar a los ayuntamientos de suficiente autonomía para restringir el tráfico, según sus propios criterios.
Imágenes del Peugeot e-208, un nuevo coche eléctrico francés que llegará a los concesionarios a comienzos de 2020.
A pesar de que el plan francés centra su atención en el proceso de transformación del automóvil privado de la combustión interna, a la electricidad, también busca promover alternativas de movilidad como la bicicleta y el transporte público.
El fin del diésel y la gasolina en Europa
Los objetivos de Francia son algo más ambiciosos de los propuestos por la Unión Europea, que se ha marcado la meta de conseguir que en 2030 el 35% de los coches que se vendan sean eléctricos. En cualquier caso, el fin del diésel y la gasolina han de ser entenderse como un objetivo en el que todos los miembros estén alineados. Hemos de ser conscientes de que medidas como estas que ya se están llevando a cabo en Francia tendrán repercusión en otros países que, como España, son productores de automóviles, y muy dependientes de las exportaciones, más allá de que España también asuma un escenario en el que se prohiba la venta y la circulación de coches con motor de combustión interna.
Como os decíamos, en España se espera que el Gobierno retome este año su Ley de Cambio Climático y Transición Energética y que se aborden temas tan importantes y controvertidos como el fin de las ventas de diésel y gasolina, y de la circulación de coches con motor de combustión interna. Mientras tanto, la industria del automóvil sigue demandando un diálogo con el Gobierno, que no se produjo en la elaboración de los últimos borradores de esta ley.