El tren del progreso parece absolutamente imparable. Recuerdo que hace un par de años escribí un artículo en el que hablaba de cinco elementos de equipamiento que desaparecerían en los siguientes cinco años, entre los que se encontraban las instrumentaciones analógicas o el freno de mano tradicional. Mucho me temo que no me equivocaba demasiado: según un análisis llevado a cabo por el portal británico de compra-venta de coches, casi dos tercios de los coches nuevos – aunque se refiera a los coches vendidos en Reino Unido, sus resultados son representativos del mercado europeo – lleva frenos de mano eléctricos de serie.
El estudio dice que sólo el 37% de los coches nuevos vendidos en Reino Unido tiene un freno de mano tradicional. Por freno de mano tradicional entendemos una sencilla palanca, unida a un cable, de la que tiramos para bloquear las ruedas traseras del coche cuando está estacionado. Un sistema tan barato como simple. Junto al cambio manual, era uno de los pocos sistemas no automatizados de un coche moderno. Un recurso al que muchos puristas aún se aferran en busca de una experiencia de conducción más pura y divertida – especialmente en utiliarios deportivos o coches con un marcado carácter rácing.
Seamos francos, la realidad es que para un uso normal, los sistemas de freno de mano eléctrico cumplen a la perfección. Los fabricantes han empezado a usarlos por varios motivos, entre los cuales se encuentra el espacio liberado en la consola central, que puede ser usado para alojar mandos del sistema de infotainment o espacios portaobjetos. A nivel de diseño, su integración es más discreta y sencilla. Teóricamente, no requieren del mantenimiento que un freno de mano convencional sí puede requerir – con el uso y los años, el cable que los opera suele requerir un re-tensado o un ajuste – sencillo y muy barato, por otra parte.
Entre los inconvenientes de estos sistemas está la complejidad que añade al vehículo. Hay diferentes sistemas de freno de mano eléctrico y no suelen ser problemáticos, pero cualquier avería o reparación en el mismo va a ser más cara. No podemos parar el avance de los frenos de mano eléctricos, que ya son el sistema exclusivo de frenada de estacionamiento en marcas como Porsche, Audi, Jaguar, Mercedes, Lexus o Land Rover – ninguna de estas marcas ofrece ya sistemas convencionales. Los únicos dos fabricantes de volumen que ofrecen aún frenos de mano convencionales en todos sus coches son Dacia y Suzuki.