Si pasaras por delante de la granja de Fritz Wagner en Alemania adivinarías que es un amante de los coches por la cantidad de piezas que hay en su terreno. Sólo si entrásemos y descubriéramos su garaje, sabríamos lo afortunado (y envidiado) que es este mecánico: tiene una colección integrada por tres BMW M1 Procar y por un preciado prototipo del icónico deportivo alemán.
El BMW M1 fue el primer vehículo con motor central de BMW y fue concebido para competir con Ferrari. Hubo que esperar décadas para conocer al segundo modelo de la casa bávara que tenía esa misma configuración mecánica: fue el BMW i8. Para diseñarlo y desarrollarlo, la marca alemana se asoció con Lamborghini aunque aquella unión no funcionó como esperaban así que decidieron continuar el camino por su cuenta.
BMW M1 Procar
El BMW M1 Procar fue la versión de competición. Las 453 unidades que se construyeron estaban equipadas con el mismo motor (un seis cilindros en línea de 3,5 litros), pero con una potencia superior: 470 CV. No fue la única modificación ya que tuvieron que ensanchar la carrocería, añadir un alerón trasero así como revisar tanto la suspensión como los frenos.
BMW pretendía competir en el Campeonato Mundial de Automóviles Deportivos. Un cambio en la normativa les impidió participar y crearon, entonces, el Campeonato BMW M1 Procar en el que pilotos de diferentes disciplinas (entre ellos Niki Lauda) competían con un mismo modelo, un BMW M1, y que actuó como telonera en algunos grandes premios de la F1.
En uno de los equipos (Cassani Racing Team) que formaron parte de la carrera trabajaba Fritz Wagner como mecánico. El Campeonato BMW M1 Procar sólo duró un par de temporadas, 1979 y 1980, y después de eso, en 1981, Helmut Marko le pidió al protagonista de esta historia que construyera un Procar ‘Pub Design’ para competir en Le Mans: se llamó así porque estaba patrocinado por cuatro bares y cada uno de ellos poseía una cuarta parte del vehículo.
Coleccionista de piezas
Fritz Wagner observó algo curioso en aquellas carreras: en lugar de arreglarlas, los equipos usaban piezas nuevas. El mecánico alemán comenzó a comprar los componentes usados así como aquellos procedentes de talleres de toda Europa que habían arreglado el BMW M1. Terminó con tal gran cantidad de recambios del BMW M1 Procar que podía ensamblar varias unidades completas.
Ese es el secreto de su colección. Fritz Wagner no es una persona extremadamente rica que recorre selectas subastas para comprar vehículos como el BMW M1. Él los ha ido construyendo con piezas originales: el vídeo que acompaña a estas líneas no lo deja del todo claro, pero parece que tiene tres modelos completos (entre ellos la unidad con la que compitió Niki Lauda) con los que, por cierto, da paseos de manera regular.
Eso sí, la joya de su corona bávara es el primer prototipo del BMW M1: el que fue construido por Lamborghini. Un modelo que Fritz Wagner quiere convertir en un BMW M1 impulsado por hidrógeno porque su sueño es mantener con vida al deportivo alemán, incluso, en la era eléctrica. Por cierto, un BMW M1 en buenas condiciones cuesta, hoy en día, unos 500.000 euros y para las versiones Procar no hay valor estimado.