El titular parece realmente paradójico, ¿verdad? Pues está ya pasando a día de hoy. Toyota, con su nuevo bZ4X, no te dejará adquirir el vehículo, solo acceder a él mediante una fórmula de renting sin opción de compra tras los tres o cuatro años que dure el contrato. Ahora, Ford anuncia un movimiento similar en Estados Unidos: todos sus eléctricos en régimen de leasing deberán ser devueltos al fabricante una vez termine el contrato, eliminando la opción a compra. ¿Cuál es la lógica tras estos movimientos? Aunque parezca mentira, cada vez menos fabricantes te dejarán que compres sus coches.
¿Cómo es posible que un fabricante de coches renuncie a la compra de sus vehículos? El problema es más complejo de lo que parece. En primer lugar hay que aclarar que esta problemática la estamos solamente viendo en coches eléctricos. Ford ha aclarado que en 38 estados de EE.UU. – todo el país antes de fin de año – y en contratos de leasing iniciados a partir del 15 de junio será imposible ejecutar la opción a compra. La razón que alude el gigante americano es mantener la propiedad de las baterías de sus coches eléctricos, entre otros motivos, con el objetivo de poder reciclarlas adecuadamente.
Este movimiento tiene sentido, a causa de la rápida evolución de la tecnología de baterías. Los vehículos lanzados al mercado hace tres o cuatro años están, en muchos casos, ya obsoletos en este aspecto. Todas las marcas están invirtiendo cientos o miles de millones en plantas de desarrollo y producción de baterías, y la escasez y coste de materia prima exige una economía circular de reciclaje y reaprovisionamiento. Algunas marcas incluso usan las baterías de sus coches eléctricos para producir soluciones de almacenamiento doméstico de energía – conocidas como “power walls” y usadas en instalaciones solares, sin ir más lejos.
Esta imposibilidad de vender el vehículo al término del contrato de renting/leasing tiene más derivadas positivas para los fabricantes. Por una parte, controlan completamente el stock de vehículos, en un mercado alcista de segunda mano en el que los precios están ascendiendo de forma dramática. Y por otra parte, les permite recuperar miles de vehículos que, en otra de las grandes tendencias de la industria automovilística, podrán reacondicionar. Ese reacondicionamiento puede venir acompañado de una batería de mayor capacidad o mejores características, y en cualquier caso, permite al fabricante seguir extrayendo dinero de cada vehículo.
Como estáis viendo, el mercado se dirige de forma bastante clara hacia un modelo de renting/leasing, además de modelos similares como la suscripción o el pago por uso. Parece que hemos pasado muy rápidamente de un modelo muy tradicional de compra-venta a un modelo de movilidad como servicio – y la transición al coche eléctrico y las cero emisiones es un gran catalizador de este cambio. Ahora bien, mucho me temo que este cambio de paradigma va a suponer un importante desembolso económico para los clientes y dejará fuera de la ecuación de la movilidad a aquellos de rentas inferiores – algo que debería evitarse a toda costa.