Estos días hemos intentado hacer un análisis del futuro del diésel y el coche eléctrico en campaña electoral. La conclusión a la que llegábamos es que, si bien es cierto, la automoción, el diésel, y el coche eléctrico están presentes en los programas electorales, ningún partido ha entrado demasiado en este debate, ni tampoco ha hecho propuestas suficientemente claras. Antes incluso de las elecciones, sigue siendo un buen momento para reflexionar acerca del futuro que le espera al diésel en la próxima legislatura. ¿Habrá prohibiciones y subidas de impuestos?
Las medidas anti-diésel congeladas por la convocatoria de elecciones
La convocatoria de elecciones paralizó algunas de las medidas más polémicas de las cuales hemos venido hablando en los últimos meses. La primera de ellas, el incremento de impuestos al gasóleo con el fin de acercarse a la equiparación con el gravamen que soporta la gasolina. La segunda, y no menos importante, que la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que inicialmente ponía fecha para el fin de las ventas de diésel y gasolina, quedara paralizada.
¿Qué sucederá en la próxima legislatura?
Independientemente del signo del partido que gobierne en España tras las elecciones del domingo 28 de abril, y la mayoría que se articule en el Congreso de los Diputados, el asunto del diésel, y la transición hacia el coche eléctrico, seguirá muy presente en la política española.
Retomar la agenda del diésel
Además de lo ya visto en los programas electorales, sabemos que el PSOE tendría intención de retomar dos de los asuntos centrales y referentes al diésel de su corta legislatura. De regresar al Gobierno, se retomará el objetivo de incrementar los impuestos al gasóleo, que además era un asunto fundamental de los Presupuestos Generales del Estado presentados para 2019, que no llegaron a aprobarse.
También retomaría la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que como ya vimos en sus últimas iteraciones, y a pesar de las revisiones que se hicieron, seguía incluyendo la prohibición de la venta de coches con motor de combustión interna en 2040.
El nuevo Gobierno tendrá que pensar en la promoción de coches eléctricos y otras soluciones como los híbridos.
Los retos del nuevo Gobierno
Es evidente que, cualquiera que sea el partido que gobierne a partir de estas elecciones generales, el Gobierno de España ha de afrontar asuntos tan importantes como la transición energética que, como hemos repetido en numerosas ocasiones, debería considerarse un asunto de estado. Recordemos que esa transición ya no tiene vuelta atrás, que los países de nuestro entorno y la Unión Europea ya están iniciando el camino, que España es uno de los principales productores de coches de Europa, y que buena parte de ellos se destinan a la exportación, siendo uno de los sectores más importantes y estratégicos de la industria del país.
Dicho lo cual, el Gobierno tendrá que vislumbrar un futuro en el que, necesariamente, el coche eléctrico tenga una presencia cada vez mayor. Y tendrá que involucrar a la industria, que en los próximos años ha de prepararse para evitar quedarse rezagada frente a otros países productores de coches, que están creciendo y son cada vez más competitivos, especialmente en el este de Europa.
Imágenes del nuevo Peugeot e-208.
¿Qué medidas podemos esperar hacia el diésel en los próximos años?
Asumiendo que el PSOE retomaría el incremento de impuestos al diésel si se mantiene en el Gobierno, tampoco podemos descartar que otros partidos políticos, y otras mayorías, sigan el mismo camino. Todos los partidos han propuesto planes de ayudas, más o menos ambiciosos, a la compra de coches eléctricos, al desarrollo de la infraestructura, y al proceso de transición energética. Pero para abordar esas inversiones serán necesarias fuentes de financiación proporcionales a la ambición con que se apoye el desarrollo del coche eléctrico. Y una de las fuentes de ingresos más importantes podrían ser los impuestos de los carburantes. Si bien es cierto, la impopularidad de esta medida, y la conflictividad social que pueden generar, como se ha visto en el caso francés, podrían evitarlo.
Por otro lado, y a pesar de que en campaña electoral se ha hablado de las prohibiciones y las restricciones al tráfico en las ciudades, parece que este tema será más difícil de abordar desde el ámbito nacional. No parece que los procesos que ya se han iniciado en algunas ciudades españolas, como Madrid o Barcelona, vayan a detenerse desde el Gobierno, que ha dotado a los ayuntamientos con un instrumento para establecer sus propias restricciones, el etiquetado medioambiental.
Para hablar de las restricciones al tráfico en las ciudades tendremos que esperar a las próximas elecciones, a las municipales del 26 de mayo.
