El auge de las plataformas modulares en la industria del automóvil parece ya imparable. Llevan con nosotros algo menos de una década, y prácticamente todos los grandes grupos automovilísticos construyen ya sus coches usando estas plataformas como base. El Grupo PSA-FCA tiene la EMP2, el Grupo Volkswagen tiene la MQB o la MEB… y Mercedes tiene varias plataformas comunes, para vehículos compactos y vehículos de propulsión. Como método de ahorro de costes, las plataformas modulares son impagables, pero ponen en jaque a los vehículos de bajo volumen, construidos sobre plataformas únicas.
¿Por qué os decimos todo esto, si muchos ya lo sabéis? Por una reciente entrevista de Markus Schäfer para la revista Autocar, el jefe de investigación y desarrollo en el Grupo Daimler, ha anunciado recortes en la gama de modelos de Mercedes. En estos momentos el fabricante alemán está invirtiendo miles de millones en la electrificación, y debe sacrificar vehículos poco rentables para mantener sus finanzas a flote, al igual que otros fabricantes. En estos momentos Mercedes tiene 45 modelos diferentes a la venta, y su objetivo es que su gama sea mucho más sencilla, eficiente y rentable. Los recortes son inevitables.
Mercedes-Benz Mercedes Clase G
Markus Schäfer afirma que se eliminarán ciertas versiones, plataformas de bajo volumen, motorizaciones y componentes. «Hay muchas plataformas únicas en Mercedes y la idea es reducirlas. En el futuro tendremos la misma arquitectura para muchos modelos diferentes, y los resultados de esta política se verán muy pronto». En la misma entrevista se citaron como ejemplos a los Mercedes-AMG GT, los Mercedes Clase S o los Mercedes Clase G. Todos estos vehículos son de bajo volumen y alto precio, y si se han salvado hasta el momento, ha sido principalmente por el elevado margen económico que aportan.
Pero esto podría no ser suficiente en un escenario de máxima racionalización y estandarización, al que la industria parece abocada sin remedio. Ese escenario podría llevarse por delante modelos tan icónicos como el Mercedes Clase G, que aún siendo rentable, tampoco ayuda precisamente a reducir la media de emisiones de la marca. Incluso con motores más eficientes, el Clase G no va a lograr ser un vehículo de bajo consumo, ni mucho menos. Mencionamos los motores porque Mercedes también planea un exhaustivo análisis de su gama de mecánicas, con el advenimiento a medio plazo de la normativa Euro 7.
Aunque faltan años para su llegada y la actual generación de motores modulares – de cuatro y seis cilindros – está preparada para ser adaptada, el futuro de los V8 y V12 es más incierto. Aunque su hibridación es posible, no serán tan eficientes y solo tendrán el futuro garantizado mientras exista demanda. A día de hoy los V12 solo están presentes en vehículos amparados por la submarca Maybach y se rumorea que los futuros «AMG 63» podrían emplear un esquema enchufable con motores de cuatro cilindros de alta potencia específica. El futuro es imparable, lo queramos o no.