La industria de la automoción está cambiando a un ritmo vertiginoso en términos que transcienden lo meramente tecnológico. Esto arrastra en la misma dirección a sus sectores auxiliares, tales como el energético o el de la fabricación de componentes. Los neumáticos no son una excepción y las compañías tradicionales especializadas en su construcción y venta se encuentran analizando de una forma exhaustiva esta serie de transformaciones para afrontar un futuro que, aunque incierto, será muy diferente.
Durante mi visita a Austria para probar los nuevos Continental AllSeasonContact 2, tuve la oportunidad de entrevistar a Ferdinand Hoyos, quien es el director de negocio de reposición en Europa, Oriente Medio y África de la firma alemana en cuestión. En un encuentro que apenas duró diez minutos, el ejecutivo me trasladó una visión optimista sobre el porvenir de la industria en la que trabaja, aunque sin subestimar los retos a los que se enfrenta, pues son varios y complejos.
Las próximas evoluciones técnicas estarán muy condicionadas por la sostenibilidad
Aunque fue algo que tuvo protagonismo durante la presentación internacional del modelo “todo tiempo” AllSeasonContact 2, Hoyos se encargó de profundizar en la importancia que tendrán los desarrollos con base ecológica en la futura estrategia corporativa de Continental. Las próximas creaciones de la marca germana tendrán en cuenta las características de los coches eléctricos para ser más compatibles con ellos. De hecho, la mayoría de fabricantes de gran volumen de este tipo de automóviles a escala global ya confían en esta empresa.
En ese sentido, Ferdinand también destacó los objetivos de Continental de cara a 2030, centrados en ampliar en un 60% los materiales sostenibles durante la producción, en llegar a una tasa de reciclaje del 95% y en reducir el gasto de energía y agua en un 20% para todos los procesos. Más adelante, en 2040, la compañía aspira a ser 100% neutra en emisiones de carbono, logrando el absoluto equilibrio ecológico en 2050. No sólo es una cuestión de responsabilidad social, sino de regulación y legislación europea.
Los neumáticos sin cámara de aire con estructura interna, de los que hemos visto infinidad de prototipos, todavía están muy lejos de su implementación en turismos convencionales, según Hoyos. Ya en esta década, podría haber aplicaciones similares para vehículos profesionales de última milla (camiones pequeños o medianos) en los que la velocidad o el comportamiento dinámico no jueguen un papel fundamental. La capacidad para evitar pinchazos o reventones aumentaría su productividad y fiabilidad.
La amenaza oriental obligará al reposicionamiento y a la diversificación del negocio
Más allá de lo técnico, el mayor desafío de las empresas históricas en el sector de la rueda como Continental tiene que ver con la llegada de nuevos competidores asiáticos a los mercados occidentales y especialmente a Europa. Eminentemente chinos, estos rivales están comenzando a ofrecer productos con un rendimiento y una calidad más que aceptables, pero a precios muy bajos, lo que les establece como firmas de acceso o de bajo coste para la reposición de “gomas”.
Tales operadores comienzan a gozar de cierta notoriedad en algunos países, como es el caso de España y algunos otros del sur, donde se trabaja con volúmenes elevados. Para Ferdinand, los orientales juegan hoy en “otra liga” y no suponen un riesgo relevante para su negocio ni para el de sus contendientes directos, como Michelin. Sin embargo, su venida y sus incesantes progresos sí se traducen en presión para seguir apostando por la innovación en términos de seguridad, prestaciones y sostenibilidad, pudiendo convencer al cliente que busca lo mejor.
En el futuro, de continuar con avances que permitan a las chinas competir tú a tú con las marcas “premium” o de alta gama, algo que no se descarta, Continental contempla la posibilidad de reposicionarse aún más arriba, haciendo gala de su estándar “Made in Germany”. Así se defendería en la parte más prestigiosa del mercado, lo que significaría además una oportunidad de distinción y liderazgo ante una tendencia “low-cost” que no tiene en cuenta las próximas regulaciones de índole ecológico impulsadas por la U.E.
Por si era poco, “Conti” no sólo se dedica a los neumáticos, los cuales soportan algo más de un tercio de sus ingresos totales. Los de Hannover, en el peor de los casos, se pueden aferrar a otras áreas de explotación, como sus divisiones de componentes de chasis o de sistemas electrónicos de seguridad y asistencia a la conducción, estrellas del presente y del mañana. Los teutones ya aplican inteligencia artificial en ingeniería.