La Unión Europea está decidida a acabar con la combustión interna, y prohibir la venta de coches diésel, gasolina, y toda suerte de híbridos, en 2035. Mientras tanto, algunos fabricantes siguen tratando de aportar salidas a la combustión interna, y de demostrar que es posible seguir comercializando motores, como los V6 diésel de Audi, y cumplir con los objetivos de descarbonización o, como mínimo, hacer que los motores diésel que se sigan comercializando hasta la fecha límite propuesta por Europa sean más sostenibles.
¿Estarán enrocados defendiendo una tecnología destinada a desaparecer? ¿O deberíamos dar una oportunidad a esta soluciones?
Los alemanes parecen partidarios de esta segunda opción. Y es ahí donde entran en juego los combustibles renovables con los que Audi pretende dar una vida extra a sus motores V6 diésel.
Gasóleo HVO, ¿cómo pretende salvar al diésel?
A pesar de que Audi ya se ha propuesto que a partir de 2026 todos sus lanzamientos sean exclusivamente eléctricos, el trabajo para reducir el impacto ambiental de sus motores diésel no se detiene. Audi ha homologado ya buena parte de su oferta de motores diésel V6 – hasta 286 CV de potencia para utilizar combustible renovable, el gasóleo HVO.
El gasóleo HVO es un combustible sintético desarrollado mediante aceites vegetales HVO, procedentes de residuos y deshechos, como el aceite de cocina utilizado en la industria alimentaria, o residuos procedentes de la agricultura. Se trata de un aceite vegetal hidrotratado y definido bajo la normativa europea EN-15940.
A los aceites vegetales empleados en el proceso se incorpora el hidrógeno y se obtienen hidrocarburos alifáticos que, en última instancia, pueden utilizarse en sustitución del gasóleo de origen fósil en motores diésel.
¿Cuán limpio es el gasóleo HVO?
En tanto combustible, el gasóleo HVO no está exento de emitir contaminantes y, evidentemente, CO2, en el proceso de combustión. En cualquier caso, la contribución a la descarbonización del gasóleo HVO se cifra en una reducción de las emisiones de entre un 70% y un 95% en comparación con el gasóleo de origen fósil.
Pensemos que la producción de este tipo de gasóleos sintéticos es también una solución para lidiar con residuos que, de otra forma, han de almacenarse para evitar daños graves al medioambiente o destruirse mediante procesos que, como la combustión, también generan unas emisiones contaminantes muy elevadas.
Audi defiende otras ventajas de combustibles sintéticos como el que podrán emplear sus motores diésel V6. El gasóleo HVO cuenta con un índice de cetano un 30% más elevado y eso se traduce en una combustión más eficiente y limpia frente al gasóleo de origen fósil y mejoras en el rendimiento, especialmente en el arranque en frío.
Desde hace años Audi se encuentra inmersa en el desarrollo y empleo de de toda una suerte de combustibles sintéticos que van más allá del gasóleo HVO. Los proyectos más interesantes son aquellos en los que Audi, en paralelo a su hermana Porsche, está desarrollando sustitutos para la gasolina y el gasóleo CO2 neutrales, en los que el proceso de obtención del combustible capta CO2 de la atmósfera para neutralizar la emisión de ese mismo gas de efecto invernadero en la combustión.
Por otro lado, Audi ha apostado también por el diésel azul R33, un combustible compuesto en un 33% de productos obtenidos de materiales residuales y de deshecho. Según la marca de Ingolstadt, el diésel azul R33 reduce las emisiones – según el análisis de todo el proceso de producción, del pozo a la rueda – en un 20% frente al gasóleo de origen fósil. Por si no fuera poco, el diésel azul no requiere de adaptación del motor y debería ser útil, con garantías, incluso en los motores diésel más antiguos.